Dos días después del asedio de manifestantes pro-Trump al Capitolio, que terminó con cinco muertos y decenas de arrestos, el presidente saliente dijo que no irá a la investidura de Joe Biden programada para el 20 de enero, rompiendo una tradición que simboliza una transición pacífica del poder. Mientras, los demócratas avanzan en un posible proceso de destitución contra el magnate.
En un lacónico tweet, el presidente saliente Donald Trump anunció este 8 de enero que no asistirá a la toma de posesión del nuevo presidente, el demócrata Joe Biden, programada para el 20 de enero.
Aunque un día antes compareció para enviar un mensaje de unidad y garantizar una "transición de poder sin problemas, y ordenada" a su sucesor, este viernes socava ese tono conciliador fugaz y rompe con una tradición que simboliza el cambio de gobierno, más allá de las diferencias partidistas.
Tradicionalmente, los presidentes entrantes y salientes viajan juntos al Capitolio para la ceremonia de investidura, sin este acto Trump será el primer presidente en funciones desde Andrew Johnson en saltarse la juramentación de su sucesor, según AP.
El desaire ocurre dos días después del asalto al Capitolio protagonizado por sus seguidores, que dejó cinco personas muertas, varios heridos y decenas de arrestados, mientras ambas cámaras debatían la certificación de los votos del Colegio Electoral que finalmente le garantizaron la victoria a Joe Biden.
El 7 de enero y en un tono conciliador, el magnate republicano había dicho que "Estados Unidos es y siempre debe ser una nación de ley y orden" y se dirigió directamente a quienes estuvieron involucrados en el asalto: "ustedes no representan a nuestro país" y "a aquellos que rompieron la ley, pagarán..."
Asimismo dijo que tras unas elecciones que despertaron muchas emociones, y en las que su administración "persiguió cada camino legal para impugnar los resultados", es tiempo de "restaurar la calma".
"Mi enfoque ahora es asegurar una transición suave y ordenada de poder, este momento nos pide sanación y reconciliación", agregó. Unas palabras que este viernes quedaron en el aire, una vez más y encaminan una juramentación presidencial sin precedentes en la historia reciente.
Legisladores demócratas buscan remover del poder a Trump
Pero el tono del mandatario no convenció a la bancada demócrata que lo responsabiliza por incitar a sus partidarios a la violencia con sus denuncias constantes de fraude.
La líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, argumentó que los hechos del miércoles fueron “un intento de golpe” y que el presidente Donald Trump “no debe permanecer en el cargo un minuto más”.
Por eso, junto a Chuck Schumer, el demócrata de mayor rango en el Senado, instó al vicepresidente Mike Pence a recurrir a la Enmienda 25 de la Constitución por la cual, alegando incapacidad del presidente, asumiría su cargo hasta que Joe Biden llegue para habitar La Casa Blanca.
Schumer aseguró que, "la forma más rápida y eficaz de destituir a este presidente de su cargo, algo que se puede hacer hoy, sería que el vicepresidente invoque inmediatamente la enmienda 25".
The quickest and most effective way—it can be done today—to remove this president from office would be for the Vice President to immediately invoke the 25th amendment.
If the Vice President and the Cabinet refuse to stand up, Congress must reconvene to impeach President Trump.
— Chuck Schumer (@SenSchumer) January 7, 2021
Por su parte, el presidente electo, Joe Biden, acusó al mandatario saliente de “intentar usar una turba para callar las voces de casi 160 millones de estadounidenses” y llamó a los manifestantes que irrumpieron en el Capitolio “terroristas” e “insurrectos”.
Al pedido de salida contra Trump se sumaron docenas de legisladores demócratas y al menos dos republicanos, el gobernador de Maryland, Larry Hogan, y el representante estadounidense Adam Kinzinger de Illinois.
Sin embargo, a poco más de 10 días de que Trump deje su cargo como Jefe de Estado, algunos republicanos dicen que no ven viable que se aplique la enmienda y un consejero del vicepresidente Mike Pence descartó que vaya a activar el mecanismo, que requiere que tanto él como la mayor parte de su gabinete apoye la iniciativa.
Pelosi ha sido un obstáculo para la administración Trump, y pese a que en el pasado no consiguió sacar adelante una iniciativa de juicio político, ahora vuelve reelecta y fortalecida dado que los demócratas retomaron el poder del Senado, y ahora ostentan el control de las dos cámaras del congreso.
Impeachment o la Enmienda 25
El recurso que buscan aplicar los demócratas, a escasas semanas de asumir Biden en la Casa Blanca, es una enmienda que permite la transferencia de poder a la vicepresidencia de forma temporal o permanente. Esto, si se demuestra que el presidente es incapaz de continuar con sus responsabilidades.
Dentro de la Constitución también se aclara que el vicepresidente y la mayoría del gabinete pueden declarar al mandatario incapaz de desempeñar su deber en el cargo.
Para ello necesitarían firmar y remitir una carta a los presidentes de la Cámara de Representantes y el Senado y declarar al presidente como no apto para gobernar o incapaz de desempeñar sus poderes y deberes.
El mandatario puede impugnar la acusación, y el Congreso debe decidir en un debate y obtener la aprobación de dos tercios de las cámaras.
Por otro lado, está el juicio político o 'impeachment', cuyo objetivo es el mismo: destituir al presidente.
La Constitución estadounidense establece que el presidente puede ser sacado del poder en caso de ser acusado y condenado por traición, soborno, u otros crímenes o delitos graves.
Sin embargo, es un proceso largo, ya que inicia en la Cámara de Representantes y necesita una mayoría simple para ser activado. Después la iniciativa pasa al Senado, donde debe haber un juicio en el que se necesitan dos tercios de los votos para destituir al presidente. Algo que nunca ha ocurrido en Estados Unidos.
De llevarse a cabo, sería la segunda ocasión en que los demócratas buscan sacar a Donald Trump de la Casa Blanca.
En febrero de 2020 el proceso de impeachment fracasó, cuando el Senado, liderado por los republicanos, votó a favor del mandatario y lo absolvió de los cargos de abuso de poder y obstrucción del Congreso.
Los demócratas señalaron a Trump de retener 391 millones de dólares en ayuda a Ucrania para ejercer presión sobre este país y forzarlo a que abriera una investigación contra Biden y su hijo.
La Administración Trump se desmarca de la violencia
Tras los acontecimientos que se vieron por televisión y que han sido radicalmente condenados por el público, la portavoz del presidente, Kayleigh McEnany, hablando en nombre de todo el equipo de la administración saliente, emitió una fuerte condena a la violencia en legislativo y dijo que quienes “violaron la ley deben ser procesados con todo el peso de la ley".
McEnany citó al presidente, quien se desmarcó de los hechos violentos al asegurar que los responsables del asedio son lo "opuesto" a todo lo que "defiende" la Administración actual.
El mensaje no termina de encajar pues el día anterior poco antes de que el ataque iniciara, en un mitin cerca de La Casa Blanca, Trump pronunció un discurso repitiendo sus acusaciones de fraude electoral sin fundamento.
El gobernante habló durante más de una hora y finalmente invitó a los manifestantes a marchar hacia el Capitolio, mientras el Congreso se reunía.