Desde hace dos meses, cada vez más personas en China y el resto del mundo se preguntan dónde está Jack Ma. A principios de noviembre, la dirigencia del Estado y del Partido Comunista Chino convocó al carismático fundador del gigante de Internet Alibaba para demostrarle que en el enorme país, no importa cuántos miles de millones de dólares posea alguien: el poder está en otra parte.
En un discurso en Shanghai, el 24 de octubre, Jack Ma denunció a las autoridades chinas como anticuadas y atrasadas, y pidió más libertades regulatorias para consorcios como Ant Group.
Ma pospuso de último segundo la salida a la bolsa de Ant Group, con un volumen calculado en 37 mil millones de dólares. Desde entonces, el hasta entonces comunicativo Jack Ma ha callado, y sus cuentas de redes sociales también están en silencio.
Su última publicación en la plataforma Weibo es del 17 de octubre. En noviembre, fue despedido como miembro del jurado del programa de televisión chino Africa's Business Heroes y fue reemplazado con gran rapidez.
Mientras tanto, los reguladores chinos continúan tomando medidas enérgicas contra el imperio empresarial de Jack Ma. El exprofesor de inglés posee más del cuatro por ciento del gigante en línea Alibaba, que a su vez es dueño de un tercio de Ant Group.
¿Pero dónde esta Ma? ¿Retienen las autoridades chinas al multimillonario contra su voluntad, o está bajo arresto domiciliario por ir demasiado lejos con sus ataques verbales a los reguladores financieros y los bancos estatales?
"Creo que le advirtieron que mejor mantuviera un perfil bajo", dice Duncan Clark, director de la consultora tecnológica BDA China, en Beijing. "Es una situación bastante inusual, más relacionada con el gran tamaño de Ant Group y la sensibilidad de la regulación financiera", afirma el especialista.
El columnista de DW, Yuwen Deng, sabe lo que significa meterse con el gobierno en Beijing. En 2018 publicó un artículo en el New York Times titulado "Siete consejos para Xi Jinping", en el que pidió reformas democráticas en China. Luego de ello perdió su trabajo como editor del medio Study Times. Ahora realiza tareas de investigación en la Universidad de Nottingham, en Inglaterra.
"Beijing quiere tomar medidas más estrictas contra el monopolio de algunos proveedores de tecnología financiera, para limitar su poder de capital y restaurar la autoridad de la autoridad supervisora", explica Deng. Además, Beijing "quiere asegurarse de que ningún gigante tecnológico como Alibaba se atreva a desafiar el poder del partido en el futuro."
En China, el que empresarios prominentes desaparezcan del escenario no es algo inusual. A menudo terminan en prisión por largos períodos. En 2010, por ejemplo, el hombre que antes era el más rico de China y fundador de la cadena de tiendas de electrónica Gome, Huang Guangyu, fue condenado a 14 años de prisión por corrupción.
Guo Guangchang, cuyo conglomerado empresarial Fosun International trabaja en estrecha colaboración con el desarrollador de vacunas alemán BioNTech, también desapareció durante algún tiempo en 2015.
Y el año pasado, el magnate inmobiliario multimillonario Ren Zhiqiang fue arrestado por criticar la respuesta de China al coronavirus. En septiembre fue condenado a 18 años de prisión.
Shaun Rein dirige la consultoría de gestión China Market Research Group en Shanghai y está en contacto regular con los gerentes de Alibaba y personas del entorno de Jack Ma. Para él, Ma "aprendió la lección y por eso ha estado callado durante los últimos dos meses", dijo, citado por la agencia de noticias AP. "Algunos de sus amigos me dijeron que no podían creer la estupidez que había cometido Ma".
Evidentemente, fue muy arriesgado atacar a la alta jerarquía de quienes toman las mayores decisiones en China. Además de los representantes de los reguladores financieros, entre los asistentes a la conferencia económica en Shanghai estuvo el vicepresidente de China, Wang Qishan.
Ma denunció lo que consideró una "mentalidad de casa de empeño" en los reguladores de China, que obstaculizaba la innovación de empresas de tecnología financiera. Hizo un llamamiento a los reguladores financieros para que fomenten enfoques no convencionales y así facilitar que los emprendedores y los jóvenes pidan préstamos. "La carrera de mañana ha comenzado. Será la carrera de la innovación, no de las posibilidades regulatorias ", dijo Ma, citado por el diario Apple Daily de Hong Kong.
Por su parte, según información de la revista de negocios Caixin, el vicepresidente Wang advirtió en la conferencia de Shanghai que, aunque las nuevas tecnologías mejoran la eficiencia, también "aumentan los riesgos financieros".
Beijing aparentemente teme que un aumento de la deuda en China pueda desencadenar una crisis financiera, y que las agencias de calificación internacionales puedan rebajar la calidad crediticia de los bonos del gobierno chino.
En consecuencia, el gobierno chino aprieta las riendas. El último fin de semana de diciembre, altos ejecutivos de Ant Group fueron llamados al Banco Central de China, y se les pidió que "corrigieran rigurosamente" los "errores" en sus servicios de crédito, seguros y gestión de activos. Independientemente de si Jack Ma se recluyó voluntariamente en su casa en Hangzhou, casi 200 kilómetros al suroeste de Shanghai, o si está bajo arresto domiciliario allí, es probable que la presión estatal contra su imperio corporativo aumente todavía más.