Es imposible y salido de toda lógica, es increíble no darnos cuenta, de que unos personajes logren atraer masas de incautas supuestas inteligencias a granel, de que también hayan eclipsado y enceguecido prácticamente a todo los niveles de racionalidad y hayan impuesto un sistema de dirigencia por caprichos, por soberbias puras, por mecanismos autoritarios como lo vivimos en muy pasadas duras y absolutistas monarquías.
Y esto es muy cierto por las mediciones de los aconteceres en el hoy en día y en las posibilidades de los dizque avances en la incrustación de actividades netamente democráticas, en los también dizque adelantos y posicionamientos de lograr acciones meramente “ejecutivas”, rodeadas de profesionalismo, conocimientos y sobre todo de un altruismo ejemplar, ya que en estas sociedades también supuestamente adelantadas se supone que hemos progresado, que hemos superado las barreras de tener líderes o dirigentes con perfiles políticos definidos en lineamientos para los manejos de situaciones de estado y gobernabilidad. Por eso, cualquiera diría que la esencia del liderazgo es conducir, guiar, informar, apersonarse de decisiones de vanguardia que posibiliten a todos un interés común. Pero al contrario, es indescriptible ver a esos “supuestos” líderes abandonar todos esos criterios, y más bien, estar dedicados a auto alabarse, esperar los reconocimientos, y soportar todas sus actividades en un telón lleno de mentiras.
Para el colmo de males juntos, estamos siendo sometidos por personajes de índoles muy funestas y nefastas, perfilados por esas lindes de caprichosidad, narcisismo arraigado e individualidad frenética.
No es necesario ni tan siquiera nombrarlos, pues los sociólogos y sicólogos en la capacidad de distinguirlos y analizarlos, los han llamado como los “innombrables”, seres capaces de absorber tendencias, pero no ideas ni pensamientos para dirigir en estas democracias tan modernas, ya que sus acciones las han perfilado y dirigido precisamente otros personajes muy profesionales en el arte del “engaño”, distinguidos como los asesores de imagen.
Las nuevas tecnologías se han volcado a satisfacer a toda costa, que para lograr posicionarse en el poder y para controlarlo todo, precisamente ahora se basan sus direcciones y acciones al “se vale todo y ante todo” para satisfacer esas ansias de poder.
Es por eso que el interés general, las bases de las democracias a nivel global han quedado totalmente en el olvido, y ahora el trabajo político ya no se trata de implementar programas de gobierno, transformaciones profundas en la política y la puesta al servicio de cambios y mejoras para una sociedad que requiere de esas acciones de desarrollo. Al contrario, vemos estupefactos escenarios de la decadencia y la destrucción de esas bases políticas para avanzar a sociedades más justas, equilibradas y en bienestar social. Ahora, lo importante es la imposición de intereses netamente personales y de gremios corruptos al rededor de esos individualismos por beneficios de retorno.
Deteriorado panorama, ya que la cuota para que esos posibles cambios y mejoras dirigidas a los electores que los posibilitarían, precisamente estos andan totalmente confundidos, embelesados y atraídos por esos medios de abstracción de una terrible realidad. Mientras tanto el mundo pasa sobre una cortina de incertidumbres, de desconocimiento y falta de esperanzas. Ahí lo vemos, todos los días, todos estos fenómenos nunca vistos en las épocas pasadas que aunque existió el oscurantismo de los ideales políticos, hoy y en nada tienen la diferencia para mejorarlos.