En días pasados escuchaba a un reconocido periodista, en un programa radial, hacer referencia a la difícil y hasta “cruel” decisión que deben tomar las personas preparadas o profesionales, para trabajar en el servicio público, entiéndase trabajar para el Estado, pues considera él, que los ingresos de una persona inteligente e importante ( supongo que estas personas hacen parte de las ahora promocionadas V.I.P., tan de moda en tiendas, terminales, restaurantes y comercio en general, especie de fobia a la pobreza ), en la empresa privada son mejor remunerados.
Este periodista considera que los salarios o sueldos que se pagan por el Estado a sus distintos funcionarios, son muy bajos, y es aquí donde empieza el asunto al que quiero hacer el análisis o comentario: ¿ Muy bajo comparado con el de quién?, muy bajo para quién?, muy bajo en dónde?, pues desde hace tiempo viene haciendo carrera este tipo de alegres comentarios, dichos sin ningún tipo de sustento en una emisora, o escritos en periódicos o revistas regionales con cobertura mundial ( pues en este momento de globalización lo regional ya es un mero decir), como si fuera una verdad absoluta, que debe socializarse, y que así todos debemos saber que hay personas tan inteligentes e importantes, que por ello deban ganar o quedarse con casi todo, lo que en la cruda realidad se convierte en una absurda e injusta inequidad, ¿porque la sociedad acepta que una sola persona, por muy inteligente y capaz que sea, pueda en un momento dado ganar en un mes el sueldo de mil o hasta cien mil personas?, es esto una ecuánime repartición de la riqueza?, se debe seguir promoviendo esta actitud basada en la libertad individual sobre el bienestar general?,
¡Es justo que una persona exitosa se gaste millones de dólares en una fiesta de una noche, ya sea para agasajar a sus amigos o porque desea celebrar el éxito de su ultimo musical, o invento, mientras esa misma noche en el África o en la India ,en La Guajira o en Bolivia se mueren personas de hambre, enfermas, o ahogadas, por buscar una sola oportunidad de trabajo o de vida?, porque seguimos celebrando y publicitando que un hombre se gaste doscientos mil dólares en una camisa de hilos de oro y se conozca esto hasta en la conchinchina y no se celebre que ese hombre pudiera estar regalando o invirtiendo esos mismos doscientos mil dólares en un hospital, una escuela o en pozos de agua en un desierto?.
Por eso quiero que se discuta si los sueldos de los empleados públicos en Colombia son bajos, y que para justificarlo no se nos diga que esa persona que se gana 25 millones de pesos al mes en un empleo o cargo público ( y que a propósito ese cargo se debe dignificar y clasificar como un servicio social), en una empresa privada se puede estar ganando 40 o 50 millones al mes, ya que considero que eso es una injusta, estúpida y errónea repartición no solo de la riqueza sino de las oportunidades. Además de esta falacia, la de los malos y bajos sueldos públicos, nos enfrentamos a la cooptación de esos cargos o puestos públicos por unas cuantas familias, las que se reparten a perpetuidad esos empleos, son ejemplos los Gómez, los Turbay, los Galanes, los López, los Valencias, los Gaviria, los Samperes, los Uribes y tantos otros clanes familiares que han hecho de la política sus cotos personales donde determinan quien entra o quien sale ( en una misma familia se encuentran senadores, representantes a la Cámara, concejales, ministros, gobernadores, directores de empresas públicas, etc., etc.) mientras el resto de la sociedad, cansada, indolente o ignorante, no sé qué termino prima, solo atinan a protestar ateniéndose de votar para eternizar el robo y la injusticia.