¿Qué decir del 2020? Sí que ha sido un año difícil, desgarrador y sufrido. Por una o por otra razón, todos nos hemos visto golpeados por sus estragos. Unos perdieron sus trabajos, otros perdieron a sus seres queridos, otros se perdieron a sí mismos en este mar de incertidumbres y angustias... a la larga, todos perdimos algo.
A estas alturas, nadie quiere escuchar una mala noticia más. Aun así, estas continúan llegando como si no estuvieran dispuestas a dar una tregua. Y por más de que todos concentremos la esperanza en que no pasará nada más, porque ya hemos padecido suficiente y hemos aprendido la lección, lo cierto es que esto no nos va a dar descanso.
En otras palabras, no se confíen, lo peor no ha pasado. Lo que se siente ahora es la calma antes de la tormenta o, mejor dicho, del tsunami que se nos viene. Parece que, aun con todo lo que ha sucedido, nuestros cimientos no se han sacudido lo suficiente y necesitan más contundencia.
Así pues, con el fin de año tan cerca, muchos nos encontramos deseando que llegue ya el 31 de diciembre. Sin embargo, esto no cambiará nada, absolutamente nada. Año nuevo no significa vida nueva. El caos que traemos nos seguirá durante el 2021 y quién sabe por cuánto tiempo más.
De verdad, me gustaría tener una mirada más optimista, pero es difícil, he agotado todos mis recursos físicos y mentales. Con frecuencia, más de la que prefiero admitir, me encuentro preguntándome si alguna vez superaremos todo esto y le encontraremos algún tipo de sentido.