Tuve que escuchar varias veces la entrevista al empresario Cristian Daes y después constatar mi duda con algunas personas que trabajaron en su empresa más representativa, pues la duda derivaba en una de las expresiones pertinentes: "El grupo humano como factor importante en la empresa".
En los años 90, el presidente y un grupo de empresarios intentaron introducir al país un sistema productivo llamado "Método Japonés de Calidad Total". Yo asistí a casi todo el programa, que era una revolucionaria pretensión que hubiese cambiado la metodología productiva y económica de Colombia, pero casi imposible de aplicar porque la industria empresarial nuestra se maneja al estilo feudal: poca inversión, mucha ganancia, sobreexplotación del trabajador y poco sueldo. Así pues, el programa infería todo lo contrario, invertir en la calidad humana como principal fuente de riqueza de las empresas.
En Japón funciona excelentemente y es parte fundamental del progreso y economía de ese país. Se trata, rápidamente, de un programa donde el trabajador se involucra en la producción bajo estándares específicos, cuidando él mismo la calidad, la efectividad y el cumplimiento. Pocos supervisores y mandos medios controlando como el capataz al esclavo, porque la responsabilidad caía en manos de toda la empresa. Al final, logrados los resultados, la empresa tenía que desembolsar al trabajador parte de sus ganancias o bono de incentivo con bastantes números.
Estoy seguro de que el señor Daes conoció o asistió a dicho plan de trabajo y lo ha implementado en sus empresas, por tanto la calidad y el rendimiento se notan hoy después de tantos años de sacrificios, cosa que no hicieron la mayoría de empresarios por los motivos antes mencionados, pero de paso se agrega temor al fracaso y el resquemor de tener que desembolsar dinero que debe ser almacenado en bancos.
La frase "mandan huevo" es un categórico mensaje a sus colegas de oficio empresarial, pues el señor Daes, como todo empresario, sabe que de la manera como se está tratando al factor humano en las empresas no arroja sino inconstancia, negatividad, escepticismo, rebeldías, inestabilidad para ambas partes: trabajador y empresa, y de paso pone al país a las puertas de una posible reacción colectiva de rabia que puede romper la estructura política y de paso cambiar los libretos económicos.
No hay derecho a que después de tantos desvelos y ansiedades para poner a funcionar en alguno de sus aspectos el "Método Japonés de Calidad Total", al menos en una empresa que está arrojando los frutos, salgan los gobiernos retrógrados con sus pasteles de masa, pretendiendo hacernos creer que comprar más tanquetas, reclutar más jóvenes para el ejército y la policía, y conseguir más bombas y balas garantizará el sometimiento de un país que solo necesita un punto de inflexión para desfogarse. Mandan huevo.