Julia Miranda era una de las funcionarias con mayor credibilidad y respeto en su tarea de directora de Parques Nacionales. Fue nombrada por el entonces presidente Uribe en 2004 y ratificada por los gobiernos de Juan Manuel Santos y el arranque de Iván Duque con Ricardo Lozano como ministro de medio ambiente. Logró formular el Plan de Manejo Ambiental del parque, concertado con las comunidades indígenas y fue el recién nombrado ministro Carlos Correa, quien lo protocolizó. Está por delante la billonaria concesión del Parque Tayrona a 23 años, cuya licitación se abriría finalmente a comienzos del año entrante.
La presión de propietarios de tierras en el extenso y valioso parque sobre Julia Miranda no es nueva y ella se ha batido como una leona para no permitir la construcción de proyectos hoteleros y de infraestructura como el lujoso Six Sense de las Dávila, que está estancado por un conflicto con la licencia ambiental. Algunas de esas familias han contado con la vocería del polémico indígena arhuaco Danilo Villafañe, quien les ha sido funcional a sus intereses y quien además tiene fuertes contacto con empresarios y políticos del país. Una de sus cercanías políticas es con el Centro Democrático. Villafañe tiene además un rango administrativo de gobernador y quien asume vocerías de los indígenas, aunque no es del todo reconocido por los cuatro pueblos de la Sierra Nevada.
Todo indica que una reunión de Villafañe en el despacho del Ministro de Ambiente la semana pasada habría sido el detonante para la determinación de Correa para solicitarle la renuncia a Julia Miranda, a quien la tomó por sorpresa y ha dicho que no había pensado retirarse en un momento en el que está en juego la suerte de unos de los tesoros naturales: el parque Tayrona en Santa Marta.
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