Cada diciembre, debajo del árbol de navidad, sin importar si había chimenea o no, aparecía un regalo cuadrado. El niño se levantaba a la media noche mientras los papás escuchaban La Billos, Melódicos y se iban acalorando a medida que el guaro hacía efecto. Eran los ochenta, la época en donde amanecer vivo era casi un regalo. No existían los teléfonos inteligentes, ni siquiera los beepers y sólo unos pocos niños privilegiados podrían tener un Atari. La imaginación era el juguete más preciado.
Entonces uno de los regalos más bonitos que uno podía recibir siendo niño era un camión Tonka. Creado en 1946 por los tres hermanos, Albert, Phillip y Joseph L. Steiner, Se ubicaron al lado del lago Minnetonka, en Minnesota. Empezaron a botar ideas. La lluvia de ideas se transformó en la creación de la empresa Mound Metalcraft. De ahí salieron los camiones de juguetes más poderosos del mundo.
Una vez tuve un camión, un tráiler como el de B.J. Mackey, una serie norteamericana que arrancó en 1979 y terminó en 1982. La agarraba a patadas con la inconsciencia de mis 6 años. Nunca la pude destruir. Creo que a muchos nos pasó. Eran acorazados indestructibles, casi que blindados. Pegarle con eso a otro niño era escalabrarlo. Cuando los hermanos Steiner crearon su empresa creían que los juguetes sólo serían un entretenimiento momentáneo. Nunca imaginaron que sería el vehículo con el que conseguirían fama y fortuna.
El lago donde se reunieron los inspiró. Siglos antes esa zona era dominada por los Sioux en Dakota del Norte. Tonka era una palabra de esa etnia que significaba grande. En el primer año la recién creada compañía sólo creó dos diseños de vehículos de metal de juguete, una grúa y una excavadora. En ese primer año vendieron 37 mil modelos de esos dos diseños. Se volvieron multimillonarios. La marca comercial Tonka de vehículos de metal ganó en elogios e incrementó las ventas. Su popularidad se fue por las nubes. En los años siguientes a la II Guerra Mundial se vendió todo el inventario en un par de meses. En noviembre de 1955, debido a que las ventas seguían ascendiendo, la empresa cambió su nombre a Tonka Toys Incorporated.
Cada uno de esos camiones que papá Noel va a traer en su trineo esta navidad es hijo de uno de los que creó en 1949. El más popular, el que más dinero pueden gastarse los coleccionistas es el gran camión basurero creado en 1964. A partir de 1991 Tonka diversificó su oferta de producción fabricando muñecas y autos para adultos que no dejan de ser de juguetes.
A pesar del auge de juguetes de inteligencia artificial, los Tonka siguen siendo camiones bastante apetecidos por los niños colombianos, un sello de más de setenta años que sigue deslumbrando por su resistencia y también por su belleza.