Escuadrones de la policía nacional se fueron contra el paro bananero y platanero en el corregimiento de Currulao del municipio de Turbo departamento de Antioquia. Aplicaron exceso de fuerza con la población civil con el propósito de disolver a la brava la manifestación comunitaria, la cual transcurría entre expresiones de Arte y deporte,
Sonaban truenos que generaban las explosiones de bombas de gas sobre la multitud. En la mañana del martes, cinco mil personas salieron a las calles a protestar por los abusos policiales, un destacamento de cincuenta hombres del Esmad, cargados de diferentes tipo de armas de fuego, de gas, de salvas, y policías con traje de civil se fueron contra la gente apoyados por un helicóptero de la policía que dirigía ataques aéreos contra la población civil
La contienda se dispersó por las calles del pueblo. Fueron afectados cientos de ciudadanos quienes soportaron el gas lacrimógeno se metía por debajo de la puerta dentro de las casas que permanecían atiborradas de niños.
Pero la situación se torna aún más dura cuando en la tarde una ráfaga de disparos a quema ropa deja impávidos a un grupo de muchachos que departían en una esquina. Varios jóvenes caen al suelo, un señor campesino también se desploma. Todo sucede en la placa junto a la cancha de fútbol central, lejos de la concentración del pleito. Uno de los jóvenes muere en el sitio, los otros chicos y la chica son transportados al centro de salud. Quien dispara es un policía del propio corregimiento.
La multitud guarda silencio durante unos minutos. No se entiende lo que ha pasado, una furia crece en las personas. Exigen el respeto por la vida, por los cuerpos de los jóvenes que han sido asesinados en un pueblo pacífico que sufre las calamidades del clima y que se defiende de los vejámenes y los atropellos de quienes ganan millones e insisten en disminuir en un dólar cada caja de plátano