El arte en Gio Monteadentro estuvo en su vida desde mucho antes de pisar la academia, aunque luego se dio cuenta de que ese conocimiento debía ser útil y una herramienta para nutrir ese arte. La academia sola se queda en el escritorio y en lo técnico, y el arte solo a veces se queda sin argumentos, esa fue la mejor mezcla para hacer lírica con contenido social.
Gio nació en Itagüí, en el barrio San Rafael, en pleno Guayabal, donde creció escuchando rap y reggae. Conoció una escuela de rap en la que empezaron con las uñas a hacer música. Por un lado, hubo mucha violencia barrial donde se crio y, por el otro lado, la perspectiva de querer ser alguien. Entonces, comenzó a componer sus letras.
“Desde hace tiempo me pregunto aquí qué pasa. Los edificios reemplazaron a las casas, pero esas cosas ya no son para las masas. El desarrollo que prometen nos arrasa, desolación con el abuso del poder, es la ocasión para juntarse y no ceder al atropello hacia los barrios populares pasa en Colombia, en Medellín y otros lugares. Políticas neoliberales dejan mares de tristeza, el acabose este mundo está de cabeza, prometen progresos y castillos de cristal, y en la vida real, el desarrollo desigual”, suena su canción Gentrificanción.
En una materia, cuando estaba estudiando Ciencias Políticas en la Universidad de Antioquia, conoció el nombre de gentrificación y le llamó la atención el contenido de esa palabra que en sí misma tiene un sentido crítico, porque se habla de renovación urbana, pero este concepto no deja ver lo que hay detrás, pareciera que todo está perfecto, pero es algo muy común ver que en la ciudad atropellen a la gente quitándole su casa o su lugar de trabajo para hacer la denominada renovación urbana.
Para él, donde se vive la vida realmente es en los lugares donde trascurren los hechos, porque en la televisión o por internet nos pintan una vida que no es la que es, y solo quieren distanciarnos de la realidad, para que ellos ejecuten su proyecto a su manera.
“Falso progreso que nos venden, falsas promesas, falso progreso que nos venden, no me interesa. Los comerciantes de lo ajeno buscan hoy un sitio bueno y olvidado pa' venderlo en el mercado, y los “sociales” disfrazados aumentan los desplazados, son privados con la ayuda del Estado. Intervenciones que hasta la vida nos cuestan, contradicciones sin derecho de protestar, las decisiones de escritorio nos molestan; el territorio se defiende y no está a la venta”, describe lo que vive la ciudad con el desarrollo.
Entonces en su trabajo de grado se da cuenta de que la ciudad solo se transforma por estética, para vender una imagen al mundo, pero dejando a un lado la realidad de quienes padecen el desarrollo, han pagado impuestos, se identifican con su lugar de origen y supuestamente por el “desarrollo” dibujado con innovación, que se supone que es para el bien común, pero en realidad no es así.
“Este tipo de atropellos son cuestiones que ocurren con los afros, con los desplazados, con los indígenas, con las mujeres y con muchos tipos de poblaciones que no tienen cómo defenderse del poder, aunque puedan ser una minoría pueden intentar hacer resistencia ante todo eso. No es en vano esa voz de protesta o de resistencia porque a veces se conquistan derechos o se detienen casos de injusticia, entonces todo ese proceso a favor de los derechos humanos es ganancia”, afirma Gio Monteadentro.
“Y ahora la gente está comprando, desconociendo los problemas que los están afectando, tratando de seguir un ideal, el capital es tu meta alcanzar. Monotonía se ha apoderado de ti, no ves salida, tu mente tienes que abrir, construye y mira, maneja tu porvenir”, la enseñanza de Gio para la sociedad con su canción Monotonía.
Ha ido a licitaciones donde se van a adjudicar dineros para proyectos, ¿y qué ha visto?, que por lo general hay dos o tres personas que llegan y que son los que casi siempre ganan. Entonces se pregunta qué pasa con los pequeños, que siempre se quedan esperando a que ese tipo de proyectos puedan surgirles, porque llegan dos o tres que tienen la misma capacidad y siempre son los que hacen todos los proyectos como ocurre con la Feria de las Flores
Para su vida, el pensador más influyente es Jaime Garzón (lo lleva tatuado en su brazo izquierdo), su manera de decir las cosas de frente y su apuesta por la transformación cultural lo marcaron; la crítica silenciosa de Charles Chaplin; Cantinflas con su forma tan particular de mostrar las diferencias sociales. En la música se queda con el sabor de Celia Cruz, Pablo Hasél, Extremoduro, Violeta Parra y Víctor Jara. El escritor Eduardo Galeano lo marcó bastante por su forma de exponer la realidad y Pessoa fue muy trascendental para pensar cosas personales.
“Tiempos difíciles como los de Charles Chaplin, que desatín, al fin muchos luchamos por no morir y al final toca aceptar dictaduras de la razón y la actitud del corazón, yo compuse este son soñando con Jame Garzón, buscando buena educación confío en el muro de Pink Floyd (…) Con herman Hesse clave leyendo hasta la mirada, a veces de este mundo me parece no hacer parte como Sartre entre el ser y la nada. Oyendo al Joe uno parchado ahí en la tienda, como Lavoe escuchando radio bemba, con el ingenio que corroe, canto para gente atenta, horror como Allan Poe música de los noventa”, la rima de su canción el ingenio que corroe.
“Hay varias decisiones que uno tiene que tomar cuando quiere ser artista o cuando quiere proponer algo artísticamente, qué es lo que quiere ser y hacer con eso, y carecemos mucho de artistas que lo vean con un matiz crítico o social. A mí me encanta bailar y farrear, pero hace falta el sentido de ver las cosas más allá, saber quién manda, por qué y cómo de qué manera se desarrolla eso que llaman vida, y no pasar por ella sin sentido. Utilizar el arte para ese tipo de cosas es fundamental y no que el arte sea utilizada, porque una cosa es llevar el arte como una herramienta y otra cosa es que se utilice como una forma de conseguir dinero, si el recurso llega bienvenido, es simplemente que el único objetivo no solo sea riqueza material. Ahí está el enfoque entre quienes utilizan su carrera para favorecer a los mismos o los que utilizan eso que saben para intentar cambiar cosas en un país tan violento como Colombia”, la reflexión de Monteadentro.
“Todo empieza con la necesidad de hallar estatus pa' encontrar felicidad, la premura de esclavizarnos, someternos, adaptarnos a un régimen que satura; engañarnos, y así vendernos como cualquier cosa. Mercancías fértiles, idiotas muy útiles, con patrones no muy sutiles para ganar la plusvalía, y que ironía, se sostiene este Estado a causa de los empleados mal pagados. Condiciones materiales, los hombres pierden la esencia, prendas superficiales cada vez con más frecuencia, absorbidos por la empresa y esas son las consecuencias: tienen fiebre, casi ni pueden dormir, pensando en crédito y deudas tienen la fiebre fabril, tienen fiebre, casi ni pueden reír, han olvidado ser ellos tienen la fiebre fabril”, es su tema que cuestiona el materialismo y la producción, llamado Fiebre Fabril.
Mientras en Latinoamérica hay grandes exponentes que tienen un contenido profundo con crítica en sus letras por lo que acontece en la sociedad, en el plano local son escasos los artistas que se aventuran a crear conciencia a través de sus letras por lo que vive el país y el Valle de Aburrá.