Fue en el año 2017, con 20 mil indígenas reunidos en el resguardo Rioblanco Sotará, tierra de los yanakona, que el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) tomó la decisión: montar el Gran Territorio CRIC nacional con una Confederación de Pueblos Indígenas de todos los territorios del país. No era la primera vez que el tema estaba sobre la mesa, en el 2014 en tierra kokonuco ya lo habían dialogado. Necesitaban unir otras voces más allá de los diez pueblos del Cauca y las once asociaciones de cabildo para hacerle frente a los grupos armados, el narcotráfico, las masacres y los liderazgos que no los representaban.
Aunque para entonces ya existía la Organización Nacional Indígena de Colombia, nacida del CRIC en los años 80 para agrupar a todos los pueblos del país y defender su autonomía, esta se empezó a quedar para algunos líderes del Cauca en consultas, estatutos y limitarse al diálogo con los gobiernos de turno. Si querían cambiar sus territorios necesitaban volver a empezar a hablar desde sus veredas, resguardos, departamentos y no en los términos y plazos que marcaban los mandatarios desde la Casa de Nariño.
Para los consejeros mayores del CRIC, la creación del CRIC Nacional y la apertura de la Casa del Pensamiento, donde esperan dialogar con otros pueblos y organizaciones sociales, no se trata de una ruptura con la ONIC sino de un impulso al fortalecimiento de los pueblos indígenas. De ahí que hayan buscado su autonomía nacional, su propia vocería y su propio proceso mientras mantienen la sede como autoridades en Popayán. El consejero mayor de la ONIC, Luis Fernando Arias, no se ha pronunciado al respecto.
“Para muchos, quienes no comprenden este escenario, lo miran como una división pero para el CRIC, las autoridades y los diez pueblos no es una división, es cómo fortalecer los procesos orgánicos. La necesidad que vemos en el país frente a las políticas neoliberales y estructurales que están afectando al pueblo colombiano. No solo a los pueblos indígenas. El CRIC Nacional para que les quede claro a muchos que piensa que vamos a decirle a las otras organizaciones que somos los buenos, ese no es el objetivo, es empoderar los procesos”, dijo Ermes Pete durante la inauguración.
Fue de la mano de los actuales nueve consejeros mayores del CRIC, que se dio el primer paso hacía la Confederación: deslindarse de los estatutos de la ONIC y abrir una sede en el barrio La Candelaria en Bogotá, para, en sus términos, tejer la palabra con otras organizaciones. El impulso ya se los había dado la minga de octubre pasado, que acompañaron masivas movilizaciones en todo el país y el espaldarazo político se lo dieron los senadores Feliciano Valencia del MAIS y Alexander López Maya, precandidato además a la Presidencia por el Polo.
Los consejeros son:
- Consejera Mayor Noelia Campo Castro, representante Zona Reasentamientos, Nasa Uss – Pueblo Nasa
- Consejero Mayor Eduar Dagua Calix, consejero Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN) – Pueblo Nasa
- Consejero Mayor Jesús Antonio Maca, representante Pueblo Kokonuko
- Consejero Mayor José Campo Sánchez, representante COTAINDOC – Pueblo Polindar
- Consejero Mayor José Gerardo Trochez, representante de la Zona Sa’th Tama – Pueblo Nasa
- Consejero Mayor Ferley Quintero, representante Pueblo Yanacona
- Consejero Mayor Erney Flor Cerquera, representante Zona Occidente U’h wala Vxc – Pueblo Nasa
- Consejero Mayor Zona Tierradentro, Ermes Pete Vivas, representante Pueblo Nasa
- Consejero Mayor Costa Pacífica, Manuel Salvador Muñoz, representante Pueblo Eperara – Siapidara
Una vez inaugurada la Casa del Pensamiento, los consejeros mayores y líderes del CRIC como Aida Quilcue arrancarán a dialogar con otros pueblos índigenas en el país, según ellos, sin romper su autonomía pero en la búsqueda de hacer realidad la Confederación. Entre sus tareas estarán: impulsar la guardia indígena y los procesos de resistencia; los sistemas de educación y salud, del que ya tienen experiencia con la EPS AIC Salud y la Universidad Intercultural, y fortalecer el tribunal indígena. Aunque hasta ahora arrancan, ya tienen camino abonado tras 50 años de existencia y una minga que recorrió con éxito todo el país.