No hace falta que me digan la vida personal de Diego Armando Maradona. Desde que me empezó a gustar el fútbol, he visto casi todos los videos de El Pelusa amando la pelota como nadie. También, he leído sobre los escándalos en los que ha estado inmiscuido y de lo drogadicto que era, y no por eso se me dio por meter esa basura, así que ese argumento de que tenía la obligación de ser ejemplo de las nuevas generaciones se cae por sí solo. Todos los que en algún momento hemos jugado fútbol, sabemos que ni con toda la coca del mundo encima, jamás se podrá gambetear como lo hacía Diego. Dejémonos de pendejadas y hablemos claro para no enredarnos en discusiones insulsas. Como Cristiano Ronaldo y Lionel Messi habrá miles por los siglos de los siglos, pero como Maradona ninguno. Él simplemente es y será uno solo.
Nadie podrá igualar lo que el diez hacía con esa zurda prodigiosa, toda su obra en el fútbol se basó en ganar campeonatos hasta con el peor de los equipos (vaina que ningún Cristiano o Mesi hacen), él solito te podía ganar un partido y ya. La estrategia de aquella selección de Argentina campeona del mundo en México 86 era una sola “pásensela a Diego”. Ese mundial era la segunda cita mundialista para Diego, tenía solo 25 años y supo tomar el volante de un “equipo mediocre” como él mismo lo reconoció en alguna ocasión, pero que con la ‘mano de Dios’ logró levantar la copa el 29 de junio en el estadio Azteca tras vencer a Alemania por 3-2. Y no solo eso, Maradona en ese mundial volvió mierda a una potencia que les había robado a Las Malvinas. Esa jerarquía no la vuelve a tener ningún jugador de fútbol. Y ni mencionar su paso por Nápoles. Bueno, lo que hizo Armando en el terreno de juego está allí y no necesita defensa.
Si hablamos de lo que fue como persona, a Diego le admiré su compromiso con las luchas sociales, no me importa si era o no de izquierda, el man no era el jugador de fútbol mojigato de hoy que cree vivir en una burbuja sin importarle lo que sucede a su alrededor. No se escondía para dar su punto de vista sobre temas espinosos como la Palestina oprimida, no comía de marcas ni de sanciones, el hombre era sin filtros y ya. Así era Diego el líder dentro y fuera del campo, que mostró ser un hombre con una sensibilidad enorme hacia las injusticias e inequidades reinantes en los países pobres.
Diego Armando Maradona Franco, el inigualable barrilete cósmico, brillará por siempre en la cancha de la eternidad.