Para el 24 de septiembre de 1991, Día de la Virgen de las Mercedes (patrona de los presos), en la cárcel de la Catedral en Envigado venían preparando una gran fiesta. Los reclusos pidieron con anticipación que por cada uno de ellos entraran 8 visitantes. El general Gustavo Pardo Ariza, entonces comandante en la IV Brigada, protestó y nadie puso atención al reclamo, como siempre.
Ese día en la mañana, el padre García Herreros celebró una misa en La Catedral. En la tarde, los internos jugaron un partido con miembros del equipo Atlético Nacional y del Deportivo Independiente Medellín. Entre ellos René Higuita, Leonel Álvarez, Chonto Herrera, Barrabás Gómez, Tino Asprilla, Óscar Pareja, Carlos Álvarez y otros cuatro compañeros no identificados.
Escobar puso la reglas al comienzo: “Aquí no jugamos 45 minutos con 15 de descanso, maricas, aquí se juegan tiempos de 2 horas; ah, no hay cambios excepto por lesión”. Supuestamente Escobar jugó con el número 9 y el brazalete de capitán. En las primeras 2 horas, el equipo combinado de Nacional y Medellín iba ganando 4-0, pero en el segundo tiempo, aprovechando su entrenamiento diario en jornadas que duraban hasta 8 horas, los presos apretaron el juego. Al final quedaron 5-5, luego de una definición a penaltis.
Por el partido, Escobar le pagó 8.000 dólares a cada uno de los invitados, pero la cereza de la celebración fue la presencia de Diego Armando Maradona, quien estaba libre en la liga italiana al estar sancionado por un positivo de cocaína. El último partido con el Napoli había sido el 24 de marzo de ese año, en la derrota 4-1 contra Sampdoria; Diego marcó ese único gol de penal. Al final de aquel encuentro dio positivo por cocaína en un control antidoping y la Federación Italiana lo suspendió por 15 meses.
La Fifa extendió esta sanción a todo el mundo, por lo que Maradona no podía jugar al fútbol en ninguna liga. Es así cómo, desde el primero de abril de ese año, vivía otra vez en Buenos Aires con su familia donde fue contactado por los enviados de Escobar. Maradona ha dicho al menos en dos entrevistas que estuvo en La Catedral, sin saber que el gordito goleador que interactuaba con él era Pablo Escobar. De hecho, en una de estas contó lo siguiente:
Coppola (Guillermo), me dijo que una persona muy importante de Colombia quería pagarme una enorme cifra por jugar un partido amistoso, con algunos futbolistas como René Higuita. Cuando fui a Medellín, y me llevaron a una cárcel rodeada por miles de militares dije: ¿Qué mierda pasa, ¿me van a meter preso? Cuando entré a ese lugar parecía un hotel de lujo de Dubai, ahí me lo presentaron, me dijeron: “Diego, él es el patrón”. Lo saludé y el tipo muy respetuoso, bastante frío, pero demostró amabilidad conmigo. Pero como yo de noticias y tele nada, no sabía muy bien quien era. Luego me hizo pasar a una especie de oficina dónde me dijo que admiraba mi fútbol, y que se sentía identificado por mí, porque al igual que yo, él salió de la pobreza para triunfar... Me dijo que como yo comulgaba ideas de izquierda, y que su intención solo era jugar un partido. Jugamos el partido, todos lo disfrutamos mucho. Luego a la noche se armó una fiesta con las mejores minas que vi en mi vida, y estaba en una cárcel. No lo podía creer. A la mañana siguiente me pagó y se despidió de mí de forma muy amable.
La leyenda dice que él se enteró solo meses después de dónde había estado y con quién, a pesar de que supuestamente Escobar le habría ofrecido pagar un contrato para que jugara con el DIM, antes de que Maradona reapareciera con El Sevilla luego de su obligada suspensión [1], [2], [3], [4].
[1] Uribe A, Juan Fernando. Proyecto Pablo Escobar. Informe final. Amazon Kindle Direct Publishing, 2020.
[2] Periódico El Heraldo. Óscar Pareja evoca aquel partido de futbol con Pablo Escobar.
[3] Las2orillas. Maradona, Pablo Escobar e Higuita, un encuentro de amigos en La Catedral.
[4] Periódico La Nación. Maradona: el día que fue preso por drogas y conmocionó al mundo.