No ha habido en la historia de este país un actor más respetado internacionalmente que Andrés Parra. Su importancia es tan grande como la de Frank Ramírez. Camaleónico, obsesivo como Robert de Niro, Parra es la joya que más brilla en nuestra televisión. Este año, con su actuación en el Robo del Siglo de Netflix, volvió a demostrar su exhuberancia.
Sin embargo actuar bien duele. Es un dolor físico que difícilmente se puede sobrellevar. Por eso Andrés, a pesar de su juventud, estaría pensando en su retiro como lo dejan entrever estos dos trinos:
Sus fans, desde ya, lo lloran sin consuelo: