El lunes 16 de noviembre en la madrugada los habitantes de Providencia empezaron a temblar. En ese momento supieron que la suerte estaba echada y otra vez la mano no les convenía. Al abandono, la corrupción y el olvido en el que se han sumido históricamente se sumaba un desastre natural. Por primera vez en su vida moderna tenían que sobrellevar sus costas el embate de un huracán. Es que al final del puente festivo el huracán Iota pasaba súbitamente a categoría 5.
No hay precisión exacta de los destrozos. Las comunicaciones son precarias y, de lo único que se tiene certeza es de que los 17 kilómetros cuadrados de la isla todo quedó destruido. El gobernador Everth Hawkins “El archipiélago se encuentra sin energía eléctrica, Providencia sin comunicación total, sin VHF marino, celular, teléfonos satelitales”
Hasta ahora no se sabe muy bien el nivel del desastre