En los Pueblos de influencia campesina, cada que fallecía algunos de nuestros habitantes arreglaban la casa para la velación, ponían la tolda y la gente junto a una persona que se sabía el ritual, toda la noche se quedaba pidiendo por el alma del difunto.
Puerto Tejada tiene a Arturo Ararat, que desde hace 70 años es el popular “Arturito el rezandero”. El 16 de junio cumplió 102 años, está lúcido y bien de salud, Arturo recuerda que cuando la gente fallecía mandaban a llamarle para que acompañara el velatorio. Durante mucho tiempo vivió de las ofrendas que los familiares del difunto recogían en el velorio.
Más o menos a la 7 de la noche, descalzo con su saco y ruana, llegaba y se escuchaba a Arturito decir, “por la señal de la Santa Cruz” y ahí empezaba todo, con un rosario nutrido y los cantos como “mira mira pecador, mira que estás en pecado”; se pasaba la noche nuestro querido rezandero, que ya perdió la cuenta de cuántos muertos ha cantado.
Y aunque en los velorios del Puerto siempre aparecían los cuenta chistes, anécdotas y los recuerdos, el respeto por el ritual era claro; cuando “Arturito el rezandero” hablaba todo el mundo callaba, entrada la madrugada venía un rosario fuerte y Arturo decía. “por aquí pasó María tres horas antes del día” y contestaban los asistentes, “con el rosario en la mano rezando el ave María”.
Después del sepelio se hacían los 9 días de rezo, hasta la llamada última noche cuando despedían el alma, a las 5 de la mañana se escuchaba la voz de Arturito que decía, “levanten la tumba, levántenla ya” y misteriosamente salía un viento frío de la casa donde velaban el difunto.
Aunque algunas personas mantienen la tradición y lo llaman, él recuerda que ahora se tiene prioridad por un velorio bonito. Le pide a la gente no olvidar rezar por el alma de quien se marcha de este mundo, Dios permita a Arturo Ararat vivir mucho tiempo más.