En estos tiempos de Zoom y Meet hemos podido adelantar, sin los costos por movilización, varias giras virtuales entre las bases progresistas, las que nos consideramos dolientes como ciudadanías libres que somos y cada uno en la ochomillonésima parte de una cédula/un voto, para salirle al paso a los determinadores y autores materiales de esa "masacre" contra ocho millones de votos que a ojos vistas viene adelantándose en total impunidad por las dizque barras bravas de las redes.
En medio de esa diatriba virulenta sin sentido desbordada en las redes contra cualesquiera del campo alternativo que en su soberanía se atreva a ejercer, con peso específico propio, el derecho fundamental a elegir y ser elegido, si no le ponemos tatequieto a esa altanería vamos a terminar como aquellos que se enclaustraron a discutir sobre el género de los ángeles mientras los otomanos afilaban las cimitarras, tuve al respecto un amable cruce de palabras con Ángela María Robledo y en su leal saber comprender ha dicho: ¡carpe diem!
Quise auscultarle un poco más y ha dejado en claro que su carpe diem no era en el sentido epicúreo de "saber aprovechar el momento", sino en el otro estoico del "no por mucho madrugar amanece más temprano", o si quieren en el bíblico de Mateo 6, 34 del "cada día con su afán". Coincidimos con Ángela María que en el día a día nos tocaba ganar la calle con la gente, ya que ese cuerpo eunuco del Congreso ha sido reducido a su máxima impotencia.
No fue a motu propio que consulté a Ángela María como la opción política cierta que ella es, sino a ruego del colectivo progresista en el que medro haciendo la vida política y que nos mantiene vigentes surfeando sobre el oleaje de la gran marea alternativa que ha quedado en punta desde 2018. Tiene ella suficientes méritos para darle continuidad a lo que empezó en la consulta de marzo 2018 con 2.8 millones, para consolidarse por su aporte en primera vuelta con 4.8 millones y en la segunda con 8 millones de votos.
No vamos a entrar en el desgaste de si el cuerpo percutor de dicha marea ciudadana de la esperanza fue la atracción gravitacional de la Luna o la del Sol, ni si por la rotación de la Tierra alrededor de su eje, porque después de ese momento de los 8 millones hemos tenido 11.7 millones de ciudadanía libres que el 26 de agosto 2018 ya aprobaban la consulta anticorrupción y para el 27 de octubre 2019, cuando la votación nacional por las alcaldías, fue de 22 millones de votos, se le pudo infringir la más estruendosa derrota al proyecto uribista de la retoma del poder combinando todas las formas de mafia.
En la batalla de ideas por la vida, la paz y la democracia, bienvenido el aporte de Ángela María en la discusión acerca de los problemas prácticos del país y por las reformas democráticas que clama y reclama la Colombia profunda de los humildes y los más vulnerables. Junto a ella ponemos todo nuestro entusiasmo para que "cien flores florezcan, para que cien candidaturas alternativas compitan en la primera vuelta", que en la segunda vuelta nos constituiremos en ese gran bloque histórico de la victoria popular.
Con la atención puesta en la victoria de octubre 2019 cuando Colombia sí cambió, y que fue la derrota de unos y otros, sin caer en odiosas comparaciones digamos que a Ángela María Robledo se le reconoce el poner su capital político para que en Bogotá Claudia López fuera elegida alcaldesa con una votación superior al 35%, e igualmente en Cali, Medellín, Manizales y muchas otras alcaldías de Colombia.
Ella está más que vigente.
Por ahora seguimos en la tarea organizativa nacional de nuestras bases para irrumpir en las elecciones de marzo 2022 al Congreso con listas avaladas por firmas en nombre de Progresistas, pues se viene la subienda progresista con nuevos lideres sociales y regionales.
¡Carpe diem!