En los últimos meses, en medios de comunicación y sectores alternativos se hace cada vez más común escuchar críticas al gobierno Duque, en el sentido de que este y sus funcionarios no cumplen con sus deberes en lo que tiene que ver con la justicia y la protección social, porque no son más que unos ineptos. También dicen que les quedó grande brindar bienestar a la ciudadanía o incluso proteger la vida de aquellos que luchan por cuestiones tales como la restitución de tierras y otros derechos adquiridos de las comunidades. Pues permítanme decirles que nada más alejado de la realidad.
Por ejemplo, afirmar que Duque se negó a entablar un diálogo serio con la minga indígena, que no controló los abusos policiales del 9-S, que no aprobó la renta básica durante la pandemia o que no protegió la vida de los líderes sociales debido a una cuestión de incapacidad es darle el crédito de que en realidad quería realizar estos actos y sacar adelante las políticas necesarias para que exista paz y justicia social en Colombia. En otras palabras, es señalar que hacer lo necesario le quedó grande y que lo intenta pero no es capaz... cuando la realidad es que no se inmuta simplemente porque no quiere porque no fue para eso que llegó al gobierno.
Así pues, los sectores progresistas deberían tener bien claro que desde el mismo momento en que Duque llegó al poder este iba a gobernar para los grandes gamonales, grupos empresariales, multinacionales y, por supuesto, el gobierno gringo. Debieron tener bien claro también que pedirle un verdadero diálogo y justicia social a este gobierno es como pedirle peras al olmo.
Pregúntenle a Sarmiento Angulo si Duque le parece un inepto. Pregúntele a Efromovich, el dueño de Avianca, o al mismo Trump... Seguramente su respuesta será que el presidente ha cumplido cabalmente con sus funciones y que ha hecho un excelente manejo del país en medio de esta crisis. De hecho, hasta darían un aval sin titubeos al delirante discurso de Duque durante la asamblea de Naciones Unidas.
Es apenas obvio que Duque-Uribe no gobierna pensando en los intereses de los estudiantes, pequeños empresarios y agricultores, menos que le va a poner coto a las actuaciones desmedidas de la “fuerza pública”, protegiendo a los ciudadanos de a pie. Ni que los representantes del Centro Democrático están pensando en proteger a las minorías (que ven mas bien como enemigas) yéndose en contra del gamonalato.
Entonces, señoras y señores, debemos saber y entender que atender a la lógica de que el gobierno no hace lo que se supone que debería hacer porque es incapaz es una falacia. Y si continuamos embarcados en esa lógica vamos a continuar pidiendo la renuncia de los ministros de defensa, de hacienda y de todos los demás por ineptos, cuando no tiene ninguna importancia quien ocupe esos cargos. La persona que llegue seguirá desarrollando las políticas retardatarias que Duque y el uribismo tienen como bandera.
Así pues, en lugar de estar pidiendo renuncias y proponiendo mociones de censura y plebiscitos que seguramente no terminarán en nada, lo que se debe hacer es usar ese tiempo y energía generando estrategias y alianzas dentro de esos sectores alternativos que permitan la llegada de un gobierno que sí atienda los clamores populares y que de llegar a faltar en esa misión sí nos podemos dar el lujo de llegar a llamar inepto.
