Gustavo Petro desde sus 18 años ha trabajado en equipo. Sus logros han sido justamente por esa sinergia desde lo colectivo. Es un hombre de disciplina, que sabe la importancia de pensar muy bien las cosas, sin apresurarse o perder la razón. Tal vez por su raciocinio, algunas veces se le vea distante, frio o muy callado. Con el tiempo ha ido adquiriendo ese carisma que lo conecta con la gente, en el abrazo de los viejos, de los jóvenes, de las mujeres. Hoy puedo decir que es un hombre carismático que ama con fervor a su pueblo.
Siempre ha reconocido el papel fundamental que las mujeres jugamos en este difícil camino. Desde nuestros tiempos en los cambuches, el reconocimiento y empuje que nos ha dado no tiene ni la más mínima tacha cuando de liderar procesos se trata.
Gustavo Petro no se cansa de escucharnos, se la juega con las mujeres en lo electoral y lo organizativo, y jamás podríamos decir que ha habido algún tipo de discriminación. Dedica horas a nuestras exposiciones y nunca será un freno para cerrarnos el camino. Es más, a veces por confiar tanto en nosotras, una que otra ha traicionado la confianza política que en ellas ha depositado.
Nosotras, mujeres de la Colombia Humana, hemos visto con empatía y admiración la forma como Hollman Morris ha logrado salir a flote de tanta ignominia, esa que afectó tan fuertemente a sus propios hijos por señalamientos injustos, salidos de la mente enferma de quienes desean dañar no solo a un hombre sino a todo un proceso.
Ser mujer no nos da el derecho de dañar a los hombres. El feminismo no nació para desconocerlos, el feminismo nació para luchar por nuestros derechos y no permitir jamás ser pisoteados por nadie. No somos las dueñas de la moral, Petro tampoco lo es, somos la sumatoria de luchas, de conocimientos, de saberes, de procesos históricos que nada ni nadie podrá arrebatarnos.
Ángela María en un momento representó para la mayoría de las mujeres de este movimiento una luz de esperanza como fórmula de Petro, pero sus desacertadas decisiones, como ir a apoyar a Claudia López, enterraron la posibilidad para quienes aspiramos al Concejo de Bogotá en las elecciones pasadas a sacar una buena votación. Una lista cuyos primeros 4 renglones eran mujeres con una participación de 54,5% en la lista y el 60% de edilesas electas.
Acá las puertas de la Colombia Humana están abiertas, los demócratas y progresistas de este país siempre serán bienvenidos. La propuesta que los verdes le hacen a Ángela María es la mejor de todas, ya que, como siempre lo he dicho, su corazón es verde y nosotros en la Colombia Humana solo tenemos un propósito y un fin. No estamos con ambivalencias ni dudas, no pensamos en sacar provecho sobre los demás, ni en repartirnos la torta. Acá no estamos para negociar el poder con quienes han desvalijado este país, acá no permitiremos el reinado de la corrupción, ni de la mentira, acá las profundas transformaciones deben ser una realidad, el hambre y la pobreza no podrán ser el pan de cada día, con esos índices que dan vergüenza a nivel internacional.
Este año ha sido difícil para todas y para nosotros los militantes y líderes; nos están matando, no es una coincidencia y las amenazas desde las “águilas negras” no paran. No quieren permitir que ganemos con Gustavo Petro en 2022 la presidencia; nos matan o nos dividen. Y no podemos darnos el lujo de divisiones internas y menos de señalamientos que solo le sirven a la extrema derecha que feliz ve cómo afloran las divisiones.
Petro no ha sido, no es, ni será nunca un machista, razones tengo para decirlo. Lo apoyo porque se ha preparado por décadas para ser el dirigente que es hoy y el presidente que todos necesitamos.