Actualmente, el Senado de la República de Colombia está compuesto por 108 parlamentarios, los cuales se encuentran distribuidos de la siguiente manera, 100 curules por circunscripción nacional, 2 por circunscripción especial, 5 para el partido de las Farc (como resultado del proceso de paz) y 1 para la segunda votación presidencial.
Pues bien, en la Cámara de Representantes se estudia una propuesta con la cual se buscar crear 12 curules más en el Senado de la República. Según el argumento de los proponentes, el objetivo primordial es que los departamentos que no han tenido representatividad en este órgano colegiado puedan lograrlo.
Recordemos que para este periodo legislativo (2018-2022) 10 departamento no obtuvieron representatividad y 9 de ellos nunca la han tendido desde la constitución del 91, entre ellos Arauca, Amazonas, Caquetá, Guainía, Putumayo, Quindío, San Andrés, Vichada y Vaupés. Por su parte, departamentos como La Guajira y Chocó han sido intermitentes en representatividad; departamentos como Antioquia, Atlántico, Córdoba y Valle del Cauca, junto con Bogotá, agrupan 48 senadores, equivalente al 48% de la circunscripción nacional.
Observando esta verdad nacional y teniendo en mente el derecho a la participación (en donde todos los colombianos debemos tener representatividad en las decisiones políticas del Estado), mi posición frente a esta propuesta es comulgar con el objetivo de la propuesta: que todo los departamentos del país tengan su representante. Sin embargo, que esto no se haga incrementado las curules, ya que se generarían unos gastos importantes de nómina para el Estado (4.752 millones de pesos mensuales para la llegada de los 12 nuevos congresistas), sino partiendo de los escaños que existen actualmente.
Básicamente, habría que establecer los criterios o las reglas de juego para la elección de los senadores de los departamentos que por diferenciantes circunstancias no alcanzan a sacar un representante en la cámara alta, podría ser tal vez una “circunscripción especial para estos departamentos". De esta manera se tendrían 88 senadores por circunscripción nacional, 12 por circunscripción para departamentos, 2 por circunscripción especial, 5 para en el partido de las Farc (Hasta el 2026) y 1 para la segunda votación presidencial. Con esta propuesta quedarían con los mismos números de curules sin afectar las finanzas del Estado.
Otra idea que podría parecer un poco descabellada pero que aplicando una buena reglamentación sobre esta podría funcionar sería que los candidatos con mayor votación inscritos y acreditados por sus respectivos departamentos salieran automáticamente independientes de su votación y de la lista que representen. Me explico, varios candidatos se inscriben por un departamento X en diferentes listas, el criterio sería que el que sacó la mayor votación por el departamento tendría su curul asegurada, garantizando así que los 32 departamentos tengan en primer criterio su representatividad. Así pues, las demás curules saldrían por mayor votación lista abierta y lista cerrada. Todo esto aplicando una buena reglamentación, como lo manifesté anteriormente, logrando de esta forma un Senado participativo e incluyente.
