Oscar Rentería Jiménez encarna el periodissmo que queremos extirpar de Colombia. Es acomodado, no ve fútbol europeo y es tan anticuado que ni siquiera es capaz de decir que es hincha del América, un secreto que todos saben. Oscar Rentería, recién llegó Queiroz, empezó a lamber, a hablar bien de él, pero su profesionalismo se puso a prueba cuando su yerno, Eduardo Niño, fue despedido del cuerpo técnico de la Selección. No tenemos nada en contra de Niño, ídolo del América y de Millonarios, entrenador de arqueros de la selección desde hace muchos años. El problema es que uno no puede hablar mal de un técnico sólo porque él echó al yerno. Queda mal Caracol, El pulso del fútbol y el periodismo en general rebajar una discusión a una pelea personal.
Por eso, durante los últimos meses, Rentería emprendió una campaña contra Queiroz. Lo criticaba por todo, porque estaba en Portugal pasando la cuarentena con su familia y se atrevía a exigirle que estuviera en Colombia cuando el 95% de la selección nacional juega en Europa. Lamentamos que hayan echado a Niño, pero la única persona que no puede lamentarlo es Rentería que está impedido por su grado de parentezco.
Saco de este problema a Cesar Augusto Londoño quien trató de ser ecuánime y corregía cada rato a Rentería pero este señor está obligado a pedirle disculpas a Queiroz, decir que se equivocó y pasar página y reconocer que está impedido de hablar del portugués. Ojalá esto se pueda dar, engrandecería su imágen.
Es que la campaña de Queiroz en el inicio de la eliminatoria a Catar no pudo ser mejor, hizo la media inglesa, ganó con contundencia en casa y empató en una plaza tan complicada como Santiago de Chile. Las perspectivas no pueden ser mejores. ¿Será que ahora si Rentería va a reconocer el gran trabajo del portugués?