La misteriosa muerte de Mario Paciolla, un voluntario italiano de la ONU, en San Vicente del Caguán fue la que encendió las alarmas en el Caquetá. Paciolla había estado investigando el asesinato a líderes sociales en la zona, haciendo un seguimiento a la implementación del acuerdo de paz e incluso, entregó un informe del bombardeo de las Fuerzas Armadas en el que murieron 7 menores de edad. Luego del fallecimiento de Paciolla, la oficina de la ONU cerró las puertas. Una vez terminada la cuarentena, una comisión del organismo internacional volvió a la zona a un trabajo conjunto con la Defensoría y la Comisión de la Verdad cuando fueron abordados supuestamente por las disidencias de las extintas Farc, que incineraron la camioneta en la que se trasladaban.
@ONUHumanRights informa q uno de sus vehículos fue incinerado X parte de hombres q se identificaron como disidencias de las FARC. La Oficina se encontraba en misión con @DefensoriaCol y @ComisionVerdadC. El personal de ONU DH y los demás integrantes de la misión están bien. pic.twitter.com/LabfMD0V1P
— ONU Derechos Humanos Colombia (@ONUHumanRights) October 8, 2020
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