Después de la gran explosión futbolística de la década del 90 Colombia se quedó sin estrellas. Ni Arley Betancur, Viveros o Giovanny Hernandez podrían calzarle los zapatos al Pibe, Leonel o Rincón. Esto parece que no les importó en sus análisis a los periodistas colombianos quienes obligaron a técnicos como Chiqui García, Reinaldo Rueda o Jorge Luis Pinto a ganar todo lo que jugáramos y a clasificarnos a un mundial cuando, de verdad, no teníamos cómo.
En la primera década de este siglo tuvimos representación europea de gran calidad con Iván Ramiro Córdoba, titular indiscutible durante casi diez años en el Inter de Milán, Juan Pablo Ángel quien se destacó en un equipo menor de Inglaterra como el Aston Vila, Amaranto Perea, consistente durante años en el Atlético de Madrid, pero en le medio campo y la delantera la escasez era notoria. Se llegó a alinear de titular a jugadores como Barranca Herrera, Hugo Rodallega o Edixon Perea, quienes tuvieron destacadas actuaciones con selecciones menores pero que no tenían de ningún modo jerarquía para estar en un mundial.
Pinto cometió errores. Pelearse con Yepes e Iván Ramiro Córdoba en la eliminatoria al Mundial de Surafrica costó lágrimas de sangre en ese partido en Santiago donde el Chile de Bielsa nos metió cuatro goles. Es que ese día un jugador con las limitaciones de Walter Moreno fue titular. Pero el profesor Jorge Luis, el técnico colombiano que más lejos ha llegado en un mundial -Cuartos de Final con Costa Rica en el 2014- sacó adelante con dignidad partidos tan difíciles como la Brasil de Ronaldinho, con la que se empató a cero goles en el Campín, un triunfo sonadísimo contra la Argentina de Messi y un empate ante la Ecuador histórica en Quito. Probaba jugadores nuevos como Elkin Soto y mereció estar mucho más tiempo al frente de la selección. Pero a la Federación no le gustaba su disciplina, su neurosis, sus ganas de hacer las cosas bien. Además tenían una falta total de conexión de la realidad. ¿En serio creían que Miltón Rodríguez podría tener la jerarquía necesaria para superar a la Uruguay de Álvaro Recoba?
Lo de Reinaldo fue todavía más lamentable. Agarró un equipo reventado por Maturana, que había conseguido 1 punto de los 12 que jugó de local -perdió hasta contra Venezuela en Barranquilla- y aún así no fuimos al mundial de Alemania por el arreglo que hicieron uruguayos y argentinos en Montevideo. El equipo se dio el lujo de golear a Uruguay en Barranquilla y a Paraguay en Asunción. Reinaldo Rueda ahora es uno de los técnicos más respetados de Suramerica y dirige a Chile.
Los defenestraron, los sacaron a escobazos, creían que Totono Grisales era el Killy Gonzalez, que Rodallega Messi. Es muy preocupante la falta de criterio que tuvo el periodismo deportivo nacional en esa época y lo traumático que fue haber roto esos procesos. Después del 2005, gracias al trabajo de Lara, salió una camada impresionante de cracks con la que tuvo la suerte Pekerman, y ahora Quieroz de contar pero, ¿hubieran ido al mundial con el Chiguiro Benitez y Gerardo Vallejo de titulares? Si, los esquemas son importantes en el fútbol, lo está demostrando Bielsa con el Leeds, pero en selecciones, con el poco tiempo de trabajo que hay lo que priman son las individualidades. ¿Algún día los periodistas nacionales le van a pedir disculpas a Rueda y a Pinto por la injusticia con la que los trataron?