Santandereano, nacido en Mogotes, Leonardo Abril tenía solo 16 años cuando con vocación de servicio, optó la medicina. Se ganó una beca en la Escuela Latinoamericana de Medicina en Cuba con la idea de regresar al país. Siete años después estaba de devuelta, empezó trabajar en Garzón, Huila y en El Socorro, Santander hasta que decidió especializarse en neurocirugía. Un momento decisivo en su carrera, que se convirtió en una pesadilla.
Pasó los exámenes pero ninguna universidad lo aceptó. El grado en Cuba le pesó negativamente y en tono inquisidor lo llamaban en su cara guerrillero, sindicalista, comunista y lo acusaban de pertenecer a la izquierda. Aunque intentaba explicar lo contrario, le recomendaban que buscara un institución más afín a sus ideales políticos.
Su suerte cambió cuando un colega le sugirió aplicar a la Universidad de Sechenov en Moscú. Sin alternativas terminó cediendo y abandonó su trabajo como médico general y tomó rumbo Moscú. Llevaba tres años allí cuando estalló la pandemia y gracias a su desempeño académico Germán fue admitido en el equipo médico ruso que desarrolla la vacuna Sputnik-V contra el virus.
Se ha vuelto un experto en el tema y empezaron los ensayos. Después de hacer pruebas en roedores y primates, empezaron a probar con hombres entre los 18 y 35 años que habían prestado servicio militar. El camino se ha ido despejando y las pruebas trascendieron fronteras. La semana pasada comenzaron los ensayos masivos en Venezuela. El proyecto es alcanzar un universo de 40 mil personas de todas las edades en esta etapa.
Hasta el momento la vacuna en la que trabaja su equipo solo suministrará anticuerpos que protegerán al paciente por un máximo de 24 meses después de este tiempo se deberá aplicar una refuerzo. German Abril espera que para finales de septiembre e inicios de octubre dar inicio a la fase de vacunación con la aplicación de dos millones de dosis.
No está claro que la vacuna, de resultar exitosa, llegue a Colombia. En América Latina los primeros países que tendrán acceso serán Cuba, México y Brasil. El embajador colombiana Alfonso Lopez realizó los trámites para que el país tuviera acceso a ésta pero el gobierno se la jugó por la de los laboratorios AstraZeneca, Pfizer y Johnson & Johnson. Si el país cambia de decisión deberá hacer una solicitud al Instituto Gamaleya que procederá a consultar a Rusia.
Sin embargo, su misión no es mantener feliz a la opinión pública, su escudo es ayudar a la humanidad devolviéndole la cotidianidad que vivía antes de que la pandemia tocará a sus puertas. A Germán no le cabe duda que las estadísticas mostrarán en los próximos años lo valioso que fue el aporte ruso a la medicina con Sputnik-V.
Entre sus planes esta regresar a Colombia una vez se gradué como neurocirujano y contribuirle al país con lo que aprendido en Cuba y Rusia. No descarta ser de nuevo víctima de señalamientos y prejuicios pero con optimismo espera no correr con la misma suerte de años atrás cuando fue obligado a continuar sus estudios en Rusia, país del que es mucho lo que ha aprendido.
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