Tres partidos lleva el Everton con James como titular en la Premier League, tres partidos ganados, unos números que el equipo de Liverpool no tenía desde hace 30 años. Mucho tiene que ver el extraordnario momento de James, con un gol, dos pases fundamentales y una distribución de juego que lo han convertido en el eje del equipo.
En contraste el Real Madrid de Zidane está mal. Cuatro puntos de seis posibles y un triunfo agónico contra un equipo bastante regular. El punto es que periodistas como Joseph Pedregol de El Chiringuito, le están sacando los trapos sucios a Zidane. Si bien algunos comunicadores afirman que cuando James llegó del Bayern al Real Madrid porque ningún equipo pagó lo que pedían por él, el colombiano decidió tirar la toalla y no pelear más por un puesto, hay otros que vieron lo contrario, vieron como un técnico hizo todo lo posible por borrar a una de sus estrellas.
Zidane poco a poco fue marginando a James dentro de la plantilla, casi nunca le daba indicaciones y minaba su credibilidad y autoestima. Las pocas veces que lo puso y fue señalado por el periodismo el francés nunca hizo demasiado por defenderlo. Incluso lo que hacía era desprestigiarlo más poniéndolo incluso de defensa al colombiano. Fue tal el nivel de desprecio que sintió el colombiano que incluso hablaron a mitad de temporada y James le dijo que no quería que contara más con él. Se reventó.
Con un James motivado los periodistas españoles no dudan de que hubiera dado parte de la magia que reparte en las canchas inglesas. James sóo necesitaba un espaldarazo, el cariño que le da Ancelotti. Zidane sabía como aburrirlo y claro que ejecutó su plan. Ignorándolo, poniéndolo de defensa, no defendiéndolo en las ruedas de prensa, minando su autoestima. Así es que explotan las estrellas.
