Una de las leyendas macistas que tiene Medellín como gancho turístico son sus mujeres. En toda Colombia se maneja un turismo sexual soterrado y escandaloso. Famosos son los tours en donde se negocian menores de edad en Cartagena. En Medellín, aunque no se ha descubierto nada así, si existen extranjeros que viajan a tener encuentros sexuales.
Esto lo sabía una banda dedicada a robar extranjeros que buscaban citas vía aplicaciones. Soltaban las carnadas en forma de fotos falsas, tramaban a europeos o gringos seducidos por la imagen de una morena monumental, los citaban en algún inmueble, y allí, mientras pretendían hacer su conquista, les echaban escopolamina en sus tragos y caían. Usaban sus tarjetas crédito o débito para hacer compras indiscriminadamente.
La banda funcionaba en el sector de San Cristobal y era dirigido por alias El Gordo. También dos mujeres mayores de 45 años eran las encrgadas de reclutar a las muchachas que hacían de carnada.
Lo que no existe aún claro es de qué manera se va a combatir el cada vez mal alto comercio sexual que existe en Medellín y en toda Colombia. Se están usando a nuestras niñas y mujeres como un gancho turísitico para que vengan extranjeros y esto debe ser absolutamente condenado.