A mi parecer, este movimiento político se amangualó con el gobierno de Iván Duque, olvidando los principios de justicia y verdad establecidos en la Biblia.
Además, encuentro irrespetuoso que los señores John Milton Rodríguez y Ricardo Arias Mora hayan presentado sendas aspiraciones ante el Consejo Directivo Nacional de Colombia Justa Libres para definir candidato presidencial con miras al 2022. De hecho, Rodríguez debería regresar a su lugar de culto en Cali, mis respetos para él como conferencista religioso.
Ahora bien, hablando de él, en entrevista para El Tiempo (el lunes 22 de septiembre último), le preguntaron por las propuestas de la comunidad cristiana para la campaña presidencial, donde sostuvo lo siguiente:
Construiremos una propuesta de desarrollo sostenible que dé respuesta a la reactivación económica del país. Así mismo realizaremos una convocatoria a una gran alianza para la recuperación de empleos con los distintos sectores y regiones. Se hace necesario la disminución de impuestos a la ciudadanía, optimización de los tratados de libre comercio, fortalecer la seguridad, la justicia, las libertades ciudadanas, el respeto por la vida y la autonomía de la familia.
Un discurso en borrador completamente distinto a su actuación como senador... Para la muestra, este martes, cuando se hundió en el Congreso de la República la posibilidad de otorgar subsidios de nómina a 550.000 microempresas que generan el 64% del empleo y aportan el 32% del PIB, no lo vimos por ninguna parte.
Por otro lado, Arias Mora, según lo veo yo, es un manzanillo de la política tradicional criolla. Es decir, no estamos en nada.
En fin, en plena pandemia por el nuevo coronavirus, volvamos los ojos al Eterno y entendamos el propósito de Dios para la Iglesia Evangélica de Colombia.
Posdata. Presento renuncia a mi membresía como miembro del Partido Colombia Justa y Libres.
