Jaime Garzón dirigió sus parodias más brillantes en la época de la presidencia de Ernesto Samper (1994-1998). Hacia 1995 la Fiscalía publicó el escandaloso proceso 8000, donde se acusó a Samper de recibir dineros del narcotráfico en la campaña liberal: esto enlodó esa presidencia, sin contar con la mala impresión que causó el entonces jefe de Estado cuando se salvó de ser condenado por la Comisión de Acusaciones de la Cámara.
Garzón reaccionó de inmediato y justificó su dicho: que Samper no debía llamársele presidente, ya que él perdió esa dignidad desde ese escandaloso proceso. La población protestó pidiendo su renuncia, la iglesia denunció la descarada defensa de Samper (decía no saber sobre la entrada de estos dineros) e incluso se acalló con violencia la fuerte denuncia del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado.
Esto es algo que muy pocos jovencitos actuales no saben, ya que no habían nacido. Sin embargo, esa situación es un ejemplo (el mejor) para mi demanda: decir que Iván Duque Márquez perdió la dignidad de presidente. Juzguen ustedes el porqué de mi denuncia según las siguientes razones.
- Su excesiva lealtad a Uribe Vélez. Excesiva de defenderlo ante la acusación de la Corte Suprema y hasta ridícula al llevarle los saludos de Uribe Vélez al rey de España y a cualquiera. Aunque en 2014 rechazamos al candidato de Uribe, Óscar Iván Zuluaga, por ser un adicto títere, encontramos ahora otro peor.
- Su compromiso ciego al Centro Democrático lo llevará a caer al precipicio. Será la primera y última vez que ese movimiento será partido de gobierno. El caudillismo manifestado a Uribe, su líder, es la soga para este grupo de extrema derecha.
Y aun Duque es criticado por extremistas del partido:
Así lo advirtió la periodista Darcy Quinn, quien, al igual que su colega Camila Zuluaga, advierte que desde el uribismo continúan los reproches contra el Gobierno Nacional, en especial contra el presidente Duque por no haber tomado acciones oportunas que hubieses podido evitar la detención del expresidente Uribe, a lo que se suman a sus declaraciones en las que no apoya el proyecto de una asamblea constituyente propuesta por el Centro Democrático.
- Su celo para defender a su estrato social y a los poderes económicos, a la cabeza de Sarmiento, Lafaurie (el detestado presidente de ganaderos y esposo de la nefasta senadora) y los honorables empresarios que promocionaron desde Fenalco su candidatura (siendo su vocero el incapaz exministro Guillermo Botero; cosa curiosa que sea hijo de Lorenzo Botero, comerciante paisa y fundador de Fenalco).
- Su insensibilidad social ante las masacres. Semana título un reportaje el 9 de julio Van 152 asesinatos en 2020 de líderes, defensores de DD.HH. y exmiembros de Farc, que da cuenta de la cruda realidad; a la que hay sumarle la insensibilidad ante las protestas de noviembre acalladas por las fuerzas policiales (resultaron 390 civiles heridos, gran parte por el Esmad, y 6 muertos) y las manifestaciones que los últimos días se sintieron con intensa fuerza en Bogotá en contra de la policía.
- Descontento, hay tanto en los que cometieron el error de creer en su programa de campaña, mostrado en la baja aceptación de su mandato. Veamos:
- El Espectador publicó el 27 de febrero el resultado de Gallup, la desaprobación llegaba a 71%.
- La cifra de Gallup varió el 3 de septiembre, según El Tiempo la desaprobación de Duque está a un 55%.
- Las equivocaciones de sus decisiones políticas. El fracaso de su proyecto de ley anticorrupción, el proyecto de reforma tributaria, el plan de desarrollo que salió de control, las objeciones a la justicia especial para la paz, el vergonzoso intento de préstamo a Avianca.
- El escándalo de la Ñeñepolítica, que así puede resumirse:
A mediados de marzo de 2020 medios colombianos como los periódicos El Tiempo y El Espectador, y la revista Semana revelaron un audio donde se escucha una conversación entre José "Ñeñe" Hernández y una mujer, hablando sobre aportes económicos a la campaña de Iván Duque a la presidencia en el 2018, y su destinación para la compra de votos. Hoy se sabe que la mujer en el audio es María Claudia Daza, cercana al expresidente y senador Álvaro Uribe y asesora suya…
En las conversaciones salió a relucir que Hernández habría recibido en 2018 la suma de 1.000 millones de pesos pertenecientes a la campaña presidencial de Germán Vargas Lleras con el fin de comprar votos en Valledupar. Según las conversaciones, Hernández se ufanó de haberse robado el dinero y en cambio usarlo para comprar votos en favor del entonces candidato presidencial por el Centro Democrático, Iván Duque, quien sería electo luego, presidente de Colombia.
Además, Vanguardia menciona que apenas están en investigación estos contactos y cómo se compraron votos en Santander.
Para cerrar, ¿hay alguna obra destacable, salvo el rechazo —abierto o silencioso— de la población? Entonces, el señor Duque Márquez, heredero de la aristocracia, entró y saldrá de la historia colombiana como abiertamente incapaz e indigno de ser llamado presidente.
