Los titulares de la prensa deportiva europea no dejan lugar a dudas de que buscan la caída de Nairo. Sin haber una acusación formal ya están afirmando que el colombiano puede haber incurrido en conductas antideportivas. Desde que los colombianos llegaron a Europa en lo que se denominó “La gran aventura” hubo gente como Laurent Fignon que empezó a montársela a los colombianos con el cuento de que se drogaban para ganar las más escarpadas cimas pirenáicas. Famosas son las historias de Martín Ramírez contando como Fignon les hacía el gesto de inhalar cocaína en medio de una etapa. Cuando descubrieron que lo que traían los colombianos, en vez de Gatorade u otra bebida energética era el agua de panela, la curiosidad invadió a los técnicos de los mejores equipos del mundo. No necesitaba nada más Patrocinio Jiménez para ganar el Tourmalet.
Y desde entonces, entra la gel energizante y las bebidas tecnológicas, siempre Nairo llevará su panelita, sus cocadas, su bocadillo. La fuerza extra que han tenido los campeones colombianos desde la época de Ramón Hoyos. El bocadillo incluso fue estudiado científicamente por allá en los ochenta cuando Lucho ganaba las etapas hasta cayéndose. No entendían que al vivir por encima de los 2.000 metros por el nivel del mar un colombiano podría sentirse como en casa en el Mont Ventoux. Cuando ellos consiguieron el EPO si nos igualaron y nos pasaron. El bocadillo era sólo un complemento, una compañía para los ciclistas y su saudade.
Da rabia que un ciclista tan limpio, tan puro, tan sufrido como Nairo sea sospechoso de dopaje. Si algo ha caracterizado al ciclista colombiano es su limpieza. Ellos son los que han sufrido humillaciones, racismo, sobre todo Nairo a quien desde que ganó el Tour de L’Avenir se ha ganado empujones, codazos, puñetazos de los grandulones europeos.
Duele que el Arkea pueda dudar de su propio ciclista, duele ver a Nairo tan sólo. En su comunicado se ven las ganas que tiene de seguir luchando. A Nairo nada lo va a detener, ni siquiera la calumnia. Qué le hagan diez mil exámenes a Nairo. Saldrá en su sangre sólo los sabores de su tierra.