Este año los arroceros del Tolima cuentan con una motivación adicional para dar inicio a la cosecha que empezará en septiembre y se prolongará hasta diciembre. Hace un par de semanas, el arroz de la meseta del Tolima recibió la denominación de origen que lo convirtió en la única variedad en Colombia, y octava a nivel mundial, en obtener ese reconocimiento.
Luego de un año marcado por los cambios y las dificultades ocasionadas por la pandemia, la cosecha será un símbolo de la reactivación económica del departamento. Junto al café, el arroz encabeza la producción agrícola del Tolima y la generación de utilidades y empleos directos en la región.
Aliados en la apertura de mercados
Actualmente, Serviarroz, la asociación de arroceros y productores agrícolas y pecuarios más grande del Tolima, también lidera un proceso de expansión para entrar a competir en nuevos mercados locales y nacionales. En ese objetivo, trabaja de la mano de Comfinagro S.A., sociedad comisionista miembro de la Bolsa Mercantil de Colombia. “En el desarrollo de este convenio, acompañamos a todos los asociados de la cooperativa que deseen beneficiarse de incentivos a la comercialización otorgados a través del Ministerio de Agricultura, y los apoyamos en las operaciones de registro”, explica Carlos Mauricio Torres, director de solución financiera de la entidad.
Para los arroceros y productores de otros cereales, así como para los ganaderos vinculados a Serviarroz, esta alianza representa beneficios ya que, como señala Carlos José Homez, “les permite a los productores manejar la retención en la fuente al registrar sus facturas. Cuando se registran facturas, la retención en la fuente no se practica, permitiendo un manejo de liquidez importante”. Además, los cerca de 80 asociados de Serviarroz cuentan con una alternativa confiable para la realización de sus transacciones de forma segura en el mercado.
Reconocimiento a la tradición arrocera
La producción de este cereal en la región tiene una historia de más de 400 años, en los que las condiciones del terreno y las temperaturas se han unido para consolidar la relevancia del departamento en el mercado. Ibagué, Piedras y Alvarado son los municipios que conforman la meseta de Ibagué, pero a nivel departamental, el cultivo del arroz ocupa más de 110.000 hectáreas. Allí, entre los 500 y los 1.100 metros sobre el nivel del mar, se produce el arroz que obtuvo la denominación de origen por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio.
“La denominación de origen es un reconocimiento y acreditación que nos convierte en una marca protegida. Para los agricultores, esto implica que les reconocen el valor y la calidad del arroz que producen”, asegura Carlos José Homez, gerente de la cooperativa Serviarroz. Uno de los aspectos que impulsó el reconocimiento del arroz de la meseta de Ibagué fue su concentración de amilosa, de aproximadamente 22%. Esta molécula está relacionada con el gusto que deja el cereal en los comensales y es una característica muy valorada entre los conocedores.
Al recibir la denominación de origen, Serviarroz tiene el manejo de la primera variedad con este reconocimiento en el país. Italia, España, Macedonia, México y Brasil también hacen parte del selecto grupo de países que cuentan con la misma distinción.
Los asociados de Serviarroz han convertido su gremio en un referente económico y social en la región durante sus más de 50 años de operaciones. Esto se debe a que, además de la generación de empleos, lideran procesos y acciones con impacto social que benefician a los habitantes de las áreas cercanas a los cultivos. El mantenimiento de vías y escuelas, así como programas de recreación y de educación, son algunos de los proyectos liderados por Serviarroz. En medio de la pandemia, la cooperativa ha liderado campañas para la donación de ventiladores mecánicos y ha entregado más de 26.000 kilos de arroz para familias en condiciones de vulnerabilidad.