Se cuestiona el enojo de la gente y se intenta de todas las maneras posibles desvirtuar cualquier movilización o descontento que suscite el comportamiento de la Policía Nacional (que nunca ha sido de los colombianos).
El 9 de septiembre, Javier Ordóñez fue asesinado en el CAI de Villa Luz. El 10 de septiembre, 10 personas fueron asesinadas con arma de fuego en las diferentes manifestaciones que se desataron después del lamentable suceso. El 11 de septiembre se reportaron 3 asesinados más en el vecino municipio de Soacha bajo las mismas condiciones.
Sin embargo, es a nosotros a quienes les piden mesura y cabeza fría, aun cuando las armas usadas por la ciudadanía son improvisadas y no son usadas en masa contra personas que tienen tres tipos de corazas encima, además de dotación de armas letales y no letales.
Además, es a nosotros a quienes les piden que piensen en las consecuencias haciendo alusión única y exclusivamente a lo material, y se nos solicita más consideración con un CAI que con la vida de 14 personas, ¿ah?
Por otro lado, se ha disculpado el ministro de Defensa y la alcaldesa de Bogotá, pero ni una sola palabra de perdón ha sido articulada por ninguno de los miembros de la Policía Nacional. Antes ellos están anunciando el costo de los daños, pidiendo tranquilidad a la gente y solicitándole que retome la confianza en la Policía Nacional.