Un tema controversial y que pocos se atreven a tocar por la misma naturaleza del asunto es la justificación de la violencia causada por los manifestantes indignados e iracundos.
Quiero hablar de esto con total imparcialidad (teniendo en cuenta lo difícil que es) al analizar el caso desde una neutralidad entre manifestantes y policías. Podemos ver que en el transcurso de estos años el odio hacia las instituciones que supuestamente ''velan por nuestra seguridad'' ha crecido de una manera abrupta. Esto motivado por la cantidad de casos de abuso policial que seguramente existían desde hace años pero que ahora con la ventaja que tienen los ciudadanos (para grabar con sus celulares) conciencian y llevan la verdad al pueblo para que no coma cuento y vea la cruel realidad.
Lo anterior nos ha llevado a tener una posición más clara en el asunto, creando una perspectiva individual ante estos casos basada en la interpretación propia de los vídeos. Ni declarando con mil eufemismos o excusas se puede ocultar la verdad: la policía es represiva por naturaleza. Esto no es un problema exclusivo de Colombia o América Latina, y ahora más que nunca con todos los alzamientos del pueblo tenemos todos los argumentos y pruebas para reforzar esta afirmación.
Sin embargo, desde la parte razonable de mi ser, creo que se debe analizar el problema desde las dos perspectivas. La policía es una institución de adoctrinamiento, teniendo en cuenta que es relativamente obligatorio para todos los jóvenes prestar servicio en esta, y que la forma de disciplinar a sus reclutas es la represión de todo ideal propio sustituido por la imposición de su forma de pensar, ''estar al servicio de la gente'' o de un grupo exclusivo de gente, tal vez.
Por otra parte, está la corrupción, prácticamente un órgano vital no solo de la institución, sino del país en general. Vivir en Colombia es tener que aguantar cada mes mínimo una ley o decreto que nos deteriora y nos deja cada vez menos garantías para vivir dignamente, afectando principalmente al proletariado. Todo patrocinado por altos entes de la política al servicio de las empresas. Y de esto obviamente los que terminan manchándose las manos son los policías, que se encargan de reprimir y pisotear toda idea contraria a la de sus jefes.
Creo firmemente que los principales culpables bajo todo esto han sido estos seres corruptos que tienen voz en el gobierno y que con cero pudor por la gente del común dicen ''representarnos''; se encargaron de darles todo el poder y permiso para pasar por encima de la ciudadanía y así atentar a todo derecho con total legalidad sin recibir repercusiones judiciales. Se les ha subido a la cabeza esto y han olvidado el verdadero objetivo de esta institución que en la cuna de su conformación velaba por fines justos y admirables, ahora muchos de ellos son unos animales asesinos con una licencia para delinquir.
He aquí el cuestionamiento que ha rondado por mi cabeza estos días y deseo que los pocos seres que lean esto se lo hagan: ¿quiénes son los verdaderos delincuentes?, ¿los que destrozan los bienes del estado incentivados por la rabia y la represión que han aguantado por más de 100 años?, ¿los que arremeten violentamente ante todo aquel que quiera expresar su inconformidad y arbitrariamente nos golpean, ultrajan y asesinan sin importarles nuestra vida e integridad? No entienden ni les importa la diferencia entre un vándalo y un protestante
¿A quién debemos tenerle más miedo?, ¿a los ladrones y delincuentes del común, o a los asesinos y delincuentes del Estado?