¿Estamos los colombianos conformes con el país tal como es o estamos trabajando para que Colombia sea como la soñamos? Hagamos un pare y reflexionemos.
Hoy vemos enfrentamientos permanentes de una manera destructiva en el diario vivir. Me pregunto yo ¿Será que sí tendremos amor por Colombia?
“El amor es paciente, es servicial, no tiene envidia, no es presumido ni orgulloso, no es grosero, ni egoísta, no se irrita, (…), se alegra de la verdad”, reza la biblia.
Frente a las noticias diarias que nos intoxican, creo que nosotros tenemos más cosas positivas, buenas, creativas para ofrecerle a nuestra querida patria. Ha llegado el momento de ser, hacer y dar lo mejor de nosotros mismos.
Debemos generar confianza donde no la hay, debemos promover un cambio para lograr edificar un mejor país. Esta semana me uní a 2 redes para aportar un grano de arena y dejar de opinar sin hacer nada: (i) el frente de seguridad ciudadano de la cuadra donde 51 ciudadanos somos solidarios con nuestra seguridad conectados con las autoridades, utilizando la tecnología de nuestros celulares y (ii) asistiendo como voluntario a una fundación de pacientes con cáncer para dar clases de francés, compartiendo a través del escuchar o ofrecer una palabra de aliento.
¿Preguntémonos qué tipo de persona estoy siendo y cuál quiero ser? ¿Qué nos mueve?, ¿qué nos inspira? Yo creo que la respuesta es: ser expertos en hacer el bien, en compartir, en construir siendo justos, transparentes, honestos, solidarios, generosos y empáticos, conservando la esperanza, la fe y viviendo el amor en los pequeños detalles y en los grandes proyectos que emprendemos. Compartamos la serenidad, practiquemos la gratitud, seamos valientes frente a lo bueno, a lo correcto.
Dejemos atrás el enfrentamiento y el pasado, construyamos y vivamos todos el presente, dando lo mejor de nosotros mismos para tener la Colombia que soñamos.
Debemos escoger la esperanza antes que el miedo, decidámonos por la unidad antes que la discordia, las divisiones y el conflicto, respetando las diversas opiniones y posturas. Debemos dejar de lado el odio, la ira, las rencillas y la cizaña y esto empieza por nosotros mismos y por nuestra casa, regalémonos más sonrisas y menos críticas, seamos amables, confiemos en nuestros talentos, tengamos fe en lo que emprendemos y en nuestro Creador.
¡Debemos correr el riesgo de ser expertos en hacer el bien!
Sergio Restrepo Otálora
