Señora María Jimena Duzán, ¿cómo que Uribe es fascista?

Señora María Jimena Duzán, ¿cómo que Uribe es fascista?

"No tiene presentación decirle así a alguien como el expresidente, al que no se la han conocido cercanías con el marxismo"

Por: Ariel Peña González
septiembre 07, 2020
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Señora María Jimena Duzán, ¿cómo que Uribe es fascista?

Lo mínimo que se le puede pedir a una columnista cuando utiliza un término, como ocurre con el fascismo, es que conozca su origen, su historia y su aplicación práctica; pero por lo visto en el último artículo de María Jimena Duzán en Semana, titulado Uribe, el fascista, la periodista desconoce todo lo que ha representado ese movimiento. Además, ella da muestras de ignorar completamente la historia de Benito Mussolini y de quien lo acompañó, nada más ni nada menos que Nicola Bombacci, fundador del partido comunista italiano; a lo que se debe agregar que el Duce a principios del siglo XX era un marxista recalcitrante, militante del partido socialista italiano y amiguísimo del sátrapa ruso Lenin, por lo que indudablemente el marxismo es el padre del fascismo.

Entonces, tratar al expresidente de fascista es un despropósito, puesto que no le conocemos inclinaciones totalitarias, propias del fascismo o del comunismo. Así mismo, en su actual situación ha sido respetuoso de la ley, a tal punto de que está privado de la libertad. Así pues, cuando se utiliza un término se debe tener un buen conocimiento del mismo y no caer en lo que planteaba el mencionado Vladimir Ilich Lenin, diciendo “hay que cambiar el significado de las palabras para hacer la revolución”; algo que cumplen a cabalidad los comunistas con sus idiotas útiles.

A veces los términos se utilizan mal, por ignorancia o mala fe. Sin embargo, en el caso que nos ocupa no se puede olvidar que hay un atraso ideológico, en donde políticos, académicos y medios de comunicación han dado poco de su parte para superar esa situación. Hasta la misma Biblia enseña que el pueblo peca porque le falta conocimiento y por eso tenemos el caso de la maliciosa utilización de la palabra fascismo, ya que sectores de lo que llaman izquierda la usan alegremente de forma sórdida.

El marxismo, el nazismo y el fascismo tienen la misma matriz hegeliana, de ahí que consideran que todo debe estar dentro del Estado y nada fuera de él; quitándole los derechos individuales a la población, como sucede en los regímenes marxistas, teniendo casos como el de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Norcorea, entre otros. De modo que el truco que tienen los mamertos de llamar fascistas a sus enemigos políticos es una táctica que hace parte de la irracionalidad que maneja la secta a la que pertenecen.

Ahora bien, dentro de la manipulación del término fascista, también lo asocian con la ultraderecha, por lo que vale preguntar: ¿eso qué es? Lo anterior en virtud a que si vamos a la Revolución Francesa, donde se originaron los términos izquierda y derecha, esto nos llevaría a una sorpresa: la derecha era la que buscaba la perpetuidad en el poder, por lo que en la ultraderecha tendríamos que ubicar principalmente a las dictaduras comunistas; así que los seguidores del bodrio marxista con sus diferentes máscaras no pueden estar señalando a los que rechazan sus dogmas de ultraderechistas. De hecho, es mejor que la mamertada reconozca el parentesco que tiene con el fascismo.

Igualmente, históricamente algo que también identifica al marxismo, nazismo y fascismo es la exaltación que hacen de la violencia para amedrentar a la ciudadanía, por lo que no hay que esforzarse mucho en Colombia para ver la vesania de las bandas armadas comunistas, conocidas como guerrillas, que, durante casi 6 décadas de un conflicto político-militar propiciado por organizaciones marxistas para la toma del poder, han martirizado a la población en diferentes lugares de la geografía nacional.

En sana lógica, la humanidad debe de ser antifascista, antinazista y anticomunista, pues ello es inherente a la civilidad, porque esas tres doctrinas ignominiosas deben de estar en la basura de la historia para que no le causen daña a las naciones; resaltando que en el caso de Latinoamérica el comunismo totalitario o castrochavismo, que es otro remoquete que le colocan, es la principal amenaza de la libertad y la democracia, dado que el fascismo y el nazismo están reducidos a su mínima expresión, pero el marxismo con sus diferentes etiquetas sigue timando a nuestros pueblos, ocultándose en un falsa sensibilidad social con un discurso miserabilista para que los ingenuos caigan en su trampa.

Finalmente, para que a la columnista de Semana no le quede ninguna duda sobre que el marxismo es el padre del fascismo, es importante recordar una frase de Benito Mussolini acerca de Karl Marx, de quien dijo: “es el maestro inmortal de todos nosotros”; en atención a lo cual no tiene presentación tratar de fascista a una persona como el expresidente Uribe, al que no se la han conocido cercanías con el marxismo y, por el contrario, previene sobre lo calamitoso que sería para el país un régimen comunista. En consecuencia, cuando la señora Duzán señala a alguien de fascista debería estudiar mejor el tema, en razón de que el fascismo y el comunismo son dos ramas del mismo árbol.

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