Aún no entiendo por qué se arrebató tanto la gente, luego del reciente escándalo en Colciencias. ¿Que le iban a bajar el presupuesto nuevamente? ¿Que al Gobierno Nacional no le interesa la ciencia? ¡Siquiera!
Si por mí fuera, deberían enterrar a Colciencias del todo. Aquí, nadie entiende para que sirve esa entidad, y por lo tanto no deberíamos gastarnos ni un solo peso en algo que no utilizamos. Es más importante que nos enfoquemos en los temas cruciales de nuestro país, como por ejemplo la renovación de la flota de helicópteros de guerra, la construcción de grandes autopistas dentro de las ciudades, y la atracción de nuevas mineras multinacionales para que incursionen en la Amazonía. Este tipo de temas son precisamente los que definen el progreso de este país atrasado. ¿O no?
Les explico el enredo: Colciencias es un Departamento Administrativo de orden nacional, encargado de formular, orientar, ejecutar e implementar la política del Estado en relación a la investigación científica, la tecnología y la innovación. Es decir, le corresponde promover nuevas maneras de entender los retos del país, establecer las condiciones para que los científicos aborden estos retos, y generar conocimiento nuevo que pueda usarse para solucionar problemas de manera innovadora. ¿Qué dicen ustedes?, ¿sí será importante eso para un país como el nuestro?
Las cosas hay que decirlas claramente, aquí ya estamos suficientemente avanzados en ciencia, tecnología, e innovación. Tenemos mucha tecnología, y ya no necesitamos más. Por ejemplo, todas las personas que yo conozco ya tienen un celular inteligente, y con él, son capaces de ensimismarse totalmente ante la pantalla, así estén en el medio de un concierto de Martín Elías. También tenemos pequeños aviones no tripulados que pueden soltar bombas a control remoto en cualquier rincón de la selva. Puede que esta tecnología no sea creada en nuestros centros de investigación, pero no importa, igual la tenemos. Entonces, ¿para qué más tecnología?
Además, ¿para qué más innovación? En el país más feliz del mundo, ya tenemos a la ciudad más innovadora del mundo. Hemos sido bendecidos con una característica social única, que no tiene ningún otro pueblo del mundo: la ‘malicia indígena’, y esa sencilla ventaja comparativa, nos permite ser mucho más innovadores en todo lo que hacemos. Por ejemplo, vea que innovadores han sido los Nule explicándonos que “la corrupción es inherente al ser humano”, nuestros periodistas enfrentándose a ‘plato limpio’ ante el público brasilero, y David Murcia Guzmán convirtiendo aire en electrodomésticos chinos.
Debo aceptar que me pareció triste el bochornoso encontrón entre la exdirectora de Colciencias, Paula Arias, y mi nuevo ministro favorito, Mauricio Cárdenas. No se ve muy bien que se peleen públicamente por plata. Valiente la exdirectora, pretendiendo que ventilar públicamente el hecho de que le iban a bajar el presupuesto nuevamente, podría hacer cambiar de opinión a nuestros estadistas magnánimos. Pero todavía más valiente, ejemplar, sobresaliente, el ministro Cárdenas, diciendo que ese número todavía no estaba decidido (aunque la directora mostró la carta impresa que le habían mandado), que simplemente era un número que se estaba evaluando; y finalmente, con la fortaleza que solo los grandes tienen, anunciar que el presupuesto iba a subir, ¡hasta 379.000 millones de pesos!
Examinemos ese número. Representa casi un 0,1 % del PIB; a mi gusto, un número muy alto. Corremos el riesgo de caer en la trampa de invertir mucho más, como México que invierte el 0,5 %, Brasil, que invierte más del 1 %, y peor aún, como los extraños países de Japón y Alemania, que invierten alrededor del 5 %, ¡Dios nos libre!
Es que 379.000 millones es mucho dinero. Miren: en Medellín se construye un puente (un solo puente) que cuesta 225 mil millones, el presupuesto para Defensa del próximo año apenas será la bobadita de 27,7 billones de pesos (sí; billones). Afortunadamente vamos avanzando bien hacia el objetivo de enterrar a Colciencias. Su presupuesto para el 2015 será de $41.000 millones menos de lo que ejecutó en 2012, y será 14 % más bajo (en pesos constantes), que la cifra del año 2013. ¡Bravo! Lentamente le vamos quitando dinero a la ciencia, la tecnología y la innovación.
Mi recomendación para los millones de científicos colombianos en el exterior: ¡no se vengan para acá! Quédense en Finlandia y Holanda que allá si les alcahuetean sus investigaciones etéreas. Mi recomendación para los matemáticos, físicos y biólogos aquí: ¡empiecen a buscar puesto en el extranjero! Mientras menos científicos tengamos que mantener aquí, más dinero nos podemos gastar en ipads para nuestros honorables congresistas.