Según la proyección del Dane para el 2015, la población cataquera (gentilicio de los nacidos en Aracataca) equivale a 39.473 personas, que representarían el 3,1% del departamento del Magdalena, que se distribuyen un 31% en la parte rural y un 69% en la zona urbana. Desde el punto de vista del género, el 49,6% son hombres y el 50,4% son mujeres.
Asimismo, el grueso de la pirámide poblacional se encuentra en los menores de 30 años, con un 63%, que equivale a 24.866 personas. Además, hay un Índice de Desarrollo Humano (IDH) del 0.58 y existe una población de 1.569 indígenas, que equivalen a un 17.34% del total de la población (pertenecen al resguardo Koguí Arahuaco Malayo).
Ahora bien, existe una gran cantidad de población joven que necesita formarse para poder competir en un mundo que tiende a ser globalizado y precisa un capital humano calificado. Sin olvidar, como establece el profesor Fumagalli de la Universidad de Pavía, que vivimos en un capitalismo cognitivo, donde es imperativo tener competencias gruesas y blandas para poder transformar el tejido social para poder ingresar al mercado laboral.
Desde la perspectiva de la educación, los datos evidencian una deserción escolar a medida que se avanza el nivel educativo. Por ejemplo, para el 2010, la matrícula total de transición hasta educación media fue de 11.838 educandos. En particular, el 94% estudia en el sector oficial y el 6% en lo privado. De ahí que el 66% corresponde a estudiantes urbanos y el 34% a las zonas rurales.
En el mismo sentido, la población en edad escolar del municipio (con datos del año 2014) fue de 11.160 niños y jóvenes, que reflejan el 28,6% de la población total. De igual manera, la Tasa de Analfabetismo, con datos del Censo del 2005, equivale a un 18,4%, posicionándose por encima de la media nacional (15,6%) y la regional con 15,7%, y hay una inasistencia escolar del 17%.
En efecto, hay precariedad de docentes especializados de como herramientas pedagógicas actualizadas. Tampoco se puede dejar de lado que en materia de infraestructura existe ausencia de planificación en las políticas de adecuación, mantenimiento y construcción. Por ende, es curioso que la cuna de Gabriel García Márquez exhiba unos precarios índices socioeconómicos que repercutan en la competitividad del municipio como en la reconfiguración del tejido social. Algo no muy alejado del resto del país.
Los datos fueron tomados de los últimos tres planes de desarrollo de la alcaldía de Aracataca, del Dane, del Informe de Rendición de Cuentas del municipio de 2012-2013 y de Findeter, así como de la tesis (en desarrollo) doctoral del autor del presente escrito: Metabolismo social de la agroindustria de la palma de aceite en el territorio de Aracataca, Magdalena en el periodo 1965-2018.