Varios nombramientos anunciados por el alcalde se han caído después de que sus nombres fueran ventilados en redes sociales, el último de ellos es el de Luis Fernando Mejía presidente de Fedesarrollo quien declinó por las inhabilidades que generaba esa posición.
El nombre de Robledo cayó mal entre muchos antioqueños quienes manifestaron su rechazo a esta decisión del alcalde. Robledo fue en el cargo de Superintendente un abierto contradictor de los industriales a los que les abrió investigaciones que luego su sucesor Andres Barreto debió archivar.
El caso más resonante es el Conconcreto empresa constructora paisa a la que la SIC denunció por el delito de colisión (pactar en contra de un tercero) en la licitación de la vía Bogotá-Girardot. El actual Superintendente Andrés Barreto acogió, después de tres años de investigación, la recomendación de su delegado de archivar el caso al no encontrar méritos para sancionar. Este y otros procesos abiertos por Robledo contra empresas antioqueñas se caracterizaron por la espectacularidad en los anuncios, lo que generó en su momento grandes pérdidas económicas a las empresas involucradas.
Los trinos en contra de la decisión del Alcalde Quintero Calle señalando a Robledo como un agente hostil abundan en las redes, incluso fueron tendencia negativa lo que enrarece aún más la situación en esta empresa donde se empieza a pedir la cabeza del su gerente Alvaro Guillermo Rendón.
Robledo dejó el cargo de Superintendente al llegar el Presidente Duque al cargo en agosto de 2018 e inmediatamente inició una ofensiva contra el gobierno desde su columna en el Diario El Espectador y a través de su cuenta de Twitter, lugar donde publica recurrentemente contenidos que demuestran su animadversión contra el presidente .
Se supo que la decisión de Quintero cayó mal en el círculo cercano de Duque quien en las últimas horas le hizo saber al alcalde su preocupación por la situación de EPM, empresa a la que le rebajaron su calificación a -BBB tras la inestabilidad registrada por la decisión de demandar a los constructores de Hidroituango por casi 10 billones de pesos.
Las Junta de EPM tiene aún tres sillas por llenar, a juzgar por el mal ambiente que genera el nombre de Robledo podría reversarse esta decisión de Quintero en las próximas horas generando aún mayor inestabilidad en una empresa que ha sido orgullo de los antioqueños y que es clave en el desarrollo energético del país .
