El peor error que cometió David Zuluaga fue haberse devuelto a Colombia en el 2013 para dirigir la campaña presidencial de su papá. Uribe lo respetaba, confiaba en él. Era un filósofo de Harvard, un estudioso de la obra de Italo Calvino, un muchacho de 24 años que además de pinta, tenía carisma. Conectaba con todo el mundo. Era un político innato. A Uribe le sacaba su mejor versión y se conectaban a punta de versos Neruda y Sófocles. No solo eso tenían en común, la capacidad de recordarlo todo gracias a sus memorias eidéticas. Uribe incluso gozaba cada vez que en los actos de partido David lo imitaba con precisión asombrosa.
David Zuluaga es un joven intelectual que tuvo el infortunio de estar en el medio de la peor pelea política de lo que llevamos de siglo, la de Uribe y Santos. Las elecciones las perdieron en segunda vuelta y David se tuvo que devolver a Princeton a concluir su doctorado. A la amargura de la derrota se sumó el hecho de que, cinco años después, le ha jodido la vida.
El 20 de enero del 2015 fue notificado de una diligencia judicial. Debía regresar a Colombia a responder a un interrogatorio por parte de la Fiscalía de Eduardo Montealegre por una supuesta irregularidad de la campaña de su padre en la cual no habría reportado giros al hacker Andrés Sepúlveda, acusado de haber intentado violar los códigos de seguridad de los diálogos que realizaba el gobierno de Juan Manuel Santos con las Farc en La Habana. Las acusaciones comprometían a Luis Alfonso Hoyos, coterráneo y cercano como ninguno otro a los Zuluaga, quien actuaba como director espiritual de la campaña, en llave con David. Los señalamientos tomaron a David en el exterior y desde allá, con presentaciones en el consulado en Nueva York ha hecho su defensa judicial.
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Es difícil también no suponer que detrás de esto se encuentra Santos y su sed de venganza
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Hoyos fue absuelto del proceso en marzo del 2019 y David es el único que sigue enredado. De la política el joven que está ahora viviendo en Nueva York y trabaja en un programa para ayudar a la gente que tiene problemas económicos por culpa del COVID. Sigue estudiando y, cuando puede, alimenta un podcast sobre literatura y filosofía que ha tratado temas tan diversos como “Pandemia filosófica", "Borges y la filosofía de la historia", "Rousseau y el hombre natural" y "El homo faber de Marx.". David no quiere saber nada de política y debe saber -ni bobo que fuera- que él es la excusa que tiene la justicia en Colombia para acabar con la carrera política de su papá.
Es difícil también no suponer que detrás de esto se encuentra Santos y su sed de venganza. Ya conocemos las movidas del nobel de paz y su inagotable sed de venganza. Nunca he votado por Óscar Iván Zuluaga, desprecio el uribismo, creo que Andrés Felipe Arias es un criminal, pero en el caso de David Zuluaga si existe un atropello, una injusticia. David Zuluaga es uno de los pocos humanistas que tuvo un partido con más pasado que futuro. Imagino que él ya no se siente parte de él. Que creerá que el peor error de su vida fue haberle dirigido esa campaña presidencial a su papá. Lo único que busca es que lo dejen en paz. No será fácil. Él es el vehículo que están usando para hundir a Óscar Iván Zuluaga. Con razón los uribistas no pueden ver ni en pintura a Juan Manuel Santos.