Netflix anuncia con bombos y platillos el lanzamiento de la serie El Robo del Siglo, una historia basada en el asalto más cuantioso jamás sucedido en Colombia que tuvo como escenario la céntrica sede del Banco de la República de Valledupar.
Sin duda, se quedará corta la famosa productora en el relato pues los detalles del hecho no dejaron de sorprender, sobre todo a quienes cubrimos como periodistas ese hecho y que supimos mil y un detalles que jamás trascendieron a la opinión pública. En el caso del firmante de estas líneas las vivió como enviado especial de un impreso capitalino de circulación nacional que cubrió durante un mes el robo.
Pocos saben que el robo se dio a conocer porque uno de los involucrados, un policía, se fue para donde la suegra y le contó llorando lo que había sucedido pues a él le habían pagado una plata por afectar la seguridad externa de la sede al cambiar de sitio a sus compañeros que custodiaban el perímetro. La suegra salió como volador sin palo ante los superiores del joven y contó todo lo que él joven le narró. Descubierto el policía delató a los cómplices y orientó esa investigación.
Cuando estalló el escándalo, los ojos de los investigadores giraron en torno a un guardia de seguridad del banco que controlaba la seguridad interna de la sede y a quien encontraron amarrado a la baranda de una escalera. Todo era un montaje.
Él había participado y su trabajo era abrir el portón al camión carpado en el que ingresó la banda comandada por una persona que estaba alojada en un prestigioso hotel que hay justo enfrente de esa entidad estatal que tiene la dirección carrera 9 # 16 - 13.
El citado guardia contó esa noche, bañado en lágrimas, cómo había participado. Que le habían pagado varios millones para dejar pasar el automotor.
Este automotor había partido desde una famosa colchonería que había para la época en Valledupar que se llamaba Colchoflex y que quedaba a pocas cuadras del banco. Ese fue la guarida donde se gestó todo el robo más no el plan, pues al parecer, los cabecillas eran de otras partes del país.
Lo cierto es que a la colchonería llegaron todos los que participaron en el robo quienes, decían las fuentes de la época, provenían de distintas ciudades del país y muchos no se conocían entre sí. Entre otras razones, porque unos eran solo encargados de cargar los bultos de plata, forrados en plástico. Otros, eran expertos en manejar equipos de soldadura para romper dos de las tres puertas acorazadas de las bóvedas que contenían la plata que, por una razón no explicada, había llegado a Valledupar en una época en la que no debía de haber tanto dinero en el banco.
El periodista Héctor Sarasti hizo para el programa Testigo Directo de Rafael Poveda un recuento de este curioso robo que hoy revive Netflix.