Andrés Hoyos, el fundador de la publicación cultural fundada en 1996, le envió una carta a los suscriptores en la que advierte la difícil situación económica que atraviesa y hace un llamado para que los lectores se unan en un esfuerzo económico para, a través de aportes y donaciones, no dejar naufreagar este bello esfuerzo y asegurar su subsistencia. Junto a Arcadia, que cuenta con el respaldo del Grupo editorial Semana, y El Malpensante son las dos únicas revistas culturales que sobreviven en el pais.
Esta es el S.OS de Andrés Hoyos:
Estimado suscriptor,
Me presento porque es muy probable que no me conozca bien: me llamo Andrés Hoyos, soy escritor y en 1996 fundé El Malpensante con un pequeño grupo de amigos, del cual sólo queda a bordo Mario Jursich, el actual director.
No voy a revelarle nada demasiado nuevo sobre la revista, porque usted ya la conoce, pero sí le diré que a estas alturas padecemos de una fuerte soledad puesto que las demás publicaciones culturales del país han ido desapareciendo una tras otra. Queda apenas Arcadia, del grupo Semana, una ventana valiosa aunque de corte netamente informativo, es decir, que no incluye creaciones literarias propiamente dichas, como son cuentos, ensayos, poesía, periodismo narrativo y el largo etcétera que usted sí encuentra en nuestras páginas. La mencionada soledad nos ha convertido en una institución, porque quienes no reciben una vez al mes El Malpensante se pierden de un cuadrante del mundo que entre nosotros no figura en ningún otro medio. Cualquiera diría que la cultura y las artes, en especial la literatura, van en retroceso en Colombia.
Se preguntará usted: bueno, pero qué es lo que quiere Andrés Hoyos. Quiero que nuestros amigos nos apoyen en el esfuerzo de publicar El Malpensante. A lo largo de estos dieciocho años mi familia y yo hemos cubierto el déficit mensual que deja la revista. Dado que somos una fundación sin ánimo de lucro, podemos recibir donaciones que generan beneficios fiscales –y bienvenidos sean los apoyos grandes o pequeños–, pero me parece más importante que nuestros amigos miren a su alrededor y descubran algún modo creativo de ayudarnos: de seguro conocen posibles anunciantes, posibles suscriptores o posibles clientes que quieran compartir la potencia de las artes con nosotros y con nuestra sólida presencia en las redes sociales* y con nuestras amplias bases de datos. Podemos potenciar y organizar eventos, podemos activar marcas y podemos dinamizar lo que otras empresas o fundaciones tengan en mente. El perfil de nuestros lectores y amigos en las redes sociales es óptimo: mírese al espejo. Son muchos miles de personas como usted.
Lo primero, sin embargo, es que establezcamos contacto y exploremos posibilidades mediante este intercambio epistolar. Piense en algo y conversamos.
Un saludo cordial,
Andrés Hoyos
Fundador