«La economía, estúpido», fue una frase muy utilizada en la política estadounidense durante la campaña electoral de Bill Clinton en 1992 contra George H. W. Bush (padre), que lo llevó a convertirse en presidente de los Estados Unidos.
Hoy en Colombia se discute cuál es el mayor problema del país producto de la recesión que precedió la pandemia y los impactos que ella misma ha ocasionado. Los estragos pueden llegar a una disminución del PIB al final del año hasta un 10 % o más y a un desempleo del 20 %, con lo cual la situación del tejido empresarial de las mipymes y los ingresos de los trabajadores y de la población se deteriorán obstensibleme retrocediendo en la línea de la pobreza a los valores de hace 20 años (cerca de 20 millones de pobres), con lo cual los niveles de desigualdad se profundizarán.
Colombia es uno de los 5 países más desiguales del planeta y si como lo señala la Cepal, acá es donde menos recursos ha gastado el gobierno para atender la pandemia, a nivel de la región de América Latina y el Caribe y por lo cual el desempleo es mayor y el estrago económico es desastroso, se prevé que la pobreza y la desigualdad se incrementarán y en especial la desigualdad, mucho más cuando la mayoría de las medidas del gobierno han sido para los banqueros y las grandes corporaciones nacionales y extranjeras.
Se habló entonces, antes de la pandemia, de que hay que buscar la reactivación económica y el empleo. Así el gobierno presentó la reforma tributaria en el 2019 como ley de financiamiento y para el 2020 como ley de crecimiento económico, con la premisa de que todas las reformas tributarias, laborales y pensionales aprobadas en los 30 años de neoliberalismo, son para reactivar la economía y generar empleo y para ello se requiere, bajo la ortodoxia y la receta del FMI, reducir los impuestos y bajar los costos laborales.
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El gobierno acaba de presentar el Marco Fiscal de Mediano Plazo y el proyecto de presupuesto 2021, ateniéndose a las mismas fórmulas típicas del recetario neoliberal de libre mercado
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Así también, el gobierno acaba de presentar el Marco Fiscal de Mediano Plazo y el proyecto de presupuesto 2021, ateniéndose a las mismas fórmulas típicas del recetario neoliberal de libre mercado. Allí plantea una nueva reforma tributaria, la venta de Ecopetrol, Cenit e Isa, la reducción del gasto, etc, es decir más de lo mismo, lo que nos ha llevado antes y en la pandemia a este aterrador nivel de desigualdad.
No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo, repetía Albert Einstein, frente a los temas complejos y fascinantes de la ciencia.
Creo que este es el mayor reto que hoy tenemos en el país.
Las extraordinarias movilizaciones ciudadanas del pasado mes de noviembre y diciembre ya alertaban la inconformidad creciente en el país, que solo se ha detenido en la calle por efectos de la pandemia en el interés de la gente de intentar salvaguardar la vida mediante el confinamiento, pero que lo ha hecho en las redes sociales y con la virtualidad, que no se ve tan contundente y que Duque ha aprovechado para que dictatorialmente expedir 164 decretos legislativos sin control, desconociendo las ramas de la justicia y al Congreso, evitando cualquier diálogo social con los trabajadores, eso sí muy diligente con el Consejo Gremial Nacional de los grandes cacaos y repitámoslo, con la misma receta.
Y en medio de la pandemia ha desconocido los insistentes reclamos por la salud, la renta básica de emergencia y el subsidio a las nóminas de las mipymes, que podría ayudar a paliar la grave crisis.
No hacerlo, traerá, como ya se ha visto, expresiones cada vez de mayor descontento ciudadano, que tratarán de reclamar empleo e ingresos que los saque de la pobreza y la desigualdad.
De no atenderse un verdadero programa de reactivación económica y de empleo que tenga en cuenta la necesidad de consumir lo que produzcamos en Colombia, es decir, hacer algo distinto para tener otro resultado al de seguir privilegiando a las élites de siempre.
Ese programa debe ser el de defender la producción nacional agropecuaria, industrial, campesina y artesanal y reconocer el trabajo de los mismos colombianos, pagando bien y con derechos laborales, aumentando así la capacidad de consumo, generándose un círculo virtuoso de producción y consumo nacionales, que generará prosperidad y empleo, no acabando, pero sí disminuyendo la desigualdad.
Persistir en la desigualdad de las medidas del recetario neoliberal, es, como lo dijo en su oportunidad Bill Clinton, estúpido.
Posdata: los días 12 y 13 de agosto Fecode y el magisterio realizarán el primer para nacional virtual, para reclamar no ir a clases presenciales para no aumentar los contagios y así, salvaguardar la vida de la niñez y los adolescentes y de los maestros mismos.
Twitter: fabioariascut
