Einstein decía que solo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, aunque de la primera no estoy tan seguro.
¿Que pensó la sociedad colombiana al elegir a un aparecido, cuyo único mérito era que el presidente eterno lo había escogido dentro de una terna de personajes cantinflescos, burdos y al mismo tiempo aterradores, como lo son Alejandro Ordóñez y Marta Lucía Ramírez (que resultó una hipócrita al levantar la frente hablando de que hay que dar la lucha contra el narcotráfico, aunque le había pagado la fianza a su hermano por traqueto)?
Desde que vimos a Duque en campaña podíamos oler a millas que era un mentiroso y no solo porque nos engañó con respecto a defender el páramo de Santurbán, sino que en plena campaña se atrevió a decir que había cursado estudios en Harvard cuando solo había ido a unas conferencias allí... un tipo que de un momento a otro pareció haberse teñido el cabello para parecer más viejo y con más experiencia ante el idiota elector colombiano... que desde campaña mostró que era mejor músico, cantante y bueno para hacer pataditas con el balón que político... que ahora resulta que salió mejor presentador de televisión que presidente... que le huye al debate y a la autocrítica (buen mentor para eso tiene).... que se la pasa viendo con el titiritero y los seguidores del innombrable cómo hacer trizas la JEP y el acuerdo de paz para asegurar que el presidente eterno se nos quede por ahí otros dos periodos más...
Duque se está encargando de dejar este platanal peor de como lo encontró, pero, como dicen por ahí, no hay bobo de malas. La pandemia le cayó como anillo al dedo y le sirvió como excusa para toda crítica o todo descontento que pueda haber en la sociedad. Así mismo, el COVID-19 le cayó de maravilla a su ministro Carrasquilla, que ya está pensando en meternos otra reforma tributaria, todo porque sus amigos banqueros y terratenientes son un baúl sin fondo en codicia y miserableza, que ven a los colombianos como manos y pies para el trabajo.
Ay, Duque, el tipo que llenó los altos cargos del país con sus amigos, lo que nos hace perder la esperanza de que con la ñeñepolítica vaya a pasar algo, al menos no en este gobierno. Lo peor de todo es que faltan dos años más de esto, pero no nos alegremos cuando termine este nefasto periodo, porque los Char ya avisaron que vienen con todo por esa presidencia.