Colombia ha sido un país con una historia triste que contar. Desde sus inicios a este país le ha tocado vivir colonizaciones, guerras y corrupción, digamos que la tristeza es algo que hemos ido heredando de nuestros antepasados, también tenemos muchas cosas lindas y los que somos de esta tierra sabemos ya lo rico que es este país en carisma y calor humano. Pero la tristeza es algo que tenemos arraigada en el fondo de nuestros corazonesy que al final disimulamos con sonrisas.
Cuando Colombia clasificó al mundial esa tristeza, la de muchos que me imagino que viviendo en un país lleno de corrupción y desfases políticos en su gobierno, esa tristeza que nos da a los que no tenemos muchas oportunidades, se nos olvidó por completo; nunca vi a mi gente tan feliz, porque no es solo por el fútbol, es por demostrar que todos los que vivimos en este país somos personas con ganas de triunfo. Cuando Colombia ganó cada partido la alegría era tan inmensa que se podía sentir en el ambiente, minutos después, uno salía a la calle y no se veía otra cosa diferente a caras sonrientes, una emoción que durante muchos años el fútbol nos había negado y nos había hecho aceptar una realidad falsa en la que se vivió mucho tiempo, una realidad que nos gritaba que " Éramos unos perdedores" , que "En este país no hay oportunidades", que "Sólo unos pocos pueden alcanzar lo que se proponen". Esa felicidad tras cada partido nos hizo olvidar también toda la indignación y los problemas, esa felicidad nos hacía libres de nuestra realidad y nos dejaba soñar.
La selección Colombia en el mundial de Brasil 2014 demostró ser una que aprendió de su historia y se mantuvo humilde , también fue profesional y técnica, demostró talento desbordante y con todo esto, este grupo de jugadores demostraron que unidos eran un equipo grande que podía lograr muchas cosas.
Cuando Colombia enfrentó a Brasil, nos engañaron otra vez, los periodistas decían sus estadísticas, la gente de Brasil llenó su estadio y nosotros nos dejamos engañar, quizás por inocencia del alma, o porque nacimos en un país donde soñar está prohibido. Sin embargo, este equipo muy acostumbrado a quedarse tranquilo, salió al campo a jugar como siempre: unido con todas las ganas y las cualidades que ya he mencionado, pero ese miedo que tenemos de temerle a los "grandes" tal vez hizo que nos hicieran gol más tonto que he visto y de repente volvieron todas esas viejas costumbres que ya no tenía esta generación, de estar acostumbrados a perder, de acostumbrarse con lo poco, es cierto que el partido estuvo bastante truncado, pero a Colombia esa psicología la opacó delante de la selección brasilera más moribunda que se ha visto en la historia, y debo decir que mi fe era tan grande, que estaba tranquilo y recordaba la remontada a Chile en Barranquilla, lo que me hizo pensar que esos problemas no iban a tocar a mi campeones del alma.
Pero no fue así, hay gente que repite "Mundial es mundial", no lo acepto, no en un partido tan incierto que a pesar de las dificultades arbitrales solo había que sacudirse y pensar como campeones y victoriosos y yo sé que decirlo es fácil, y nadie dijo que las cosas buenas son fáciles, pero no es culpa de estos maravillosos jugadores de fútbol, es culpa de toda la historia y de este incierto presente que no nos deja pensar como ganadores, porque eso es para pocos, no como en Brasil que no querían otra cosa sino ser campeones, y que todos allá no pensaban en otra cosa, ¿Quién decía aquí a puro seguridad y validez que Colombia iba al mundial a quedar campeona? todo esto pesó el día en el partido contra Brasil.
Luego James comete una falta que no existía, pero supongamos acá que para el árbitro fue una decisión "confusa" y nos hacen el segundo gol, pero Brasil hace ese gol a pura fuerza de un jugador talentoso pero que además del talento tenía la convicción de que su selección merecía más que unos simples cuartos de final ó quizás el no lo pensaba así precisamente, pero es algo que está en el fondo de alguien que crece creyendo que no es un perdedor y que está para cosas muy buenas, todo esto pasaba mientras que en Colombia se decía que llegar a cuartos era casi mítico para una Selección Nacional, un gol injusto, pero ¿Qué es la justicia si no algo efímero que solo pertenece a manos de los poderosos?, al menos eso es lo que nos hacen creer acá.
Para cuando le cometen el penal a Bacca y James hace el gol para acortar la ventaja a la mínima distancia, es que nos damos cuenta que futbolísticamente somos más que Brasil en la cancha y que solo nos faltaba creer un poco más en nosotros mismos y hacer las cosas sin las presiones de un pasado o del mismo estadio, que por cierto veía como Brasil ganaba un partido totalmente sucio, pero para entonces ya era tarde y se veía como ese sueño mundialista que se había opacado con el primer gol de Brasil y despertado con el gol de james, llegaba a su fin.
Fue una tristeza inmensa para todos, que igual que las alegrías pasadas se sentía en el ambiente, despertando con ello las otras tristezas que ya todos los colombianos habíamos olvidado momentáneamente, yo no quiero conformarme con triunfos de cartón y con que se llegó muy lejos, nada de eso sirve, acepto que perdimos, pero lo que sí sé es que hay un mensaje muy claro en el aire que hoy quiero materializar : así como nos dimos cuenta que sí se podía lograr, nos debemos dar cuenta de que a pesar de lo que digan, tan solo hay que creer que es posible.