Los investigadores en el mundo se han volcado hacia la vacuna contra el virus SARS-CoV-2 causante de la Covid-19, también conocida como enfermedad por coronavirus. Con recursos propios o con financiaciones públicas, privadas y de fundaciones, hay 165 iniciativas científicas buscando desarrollar la vacuna.
Este mes, 26 entraron en la etapa preclínica, la etapa inicial donde los científicos prueban la vacuna en ratones y micos para analizar su efecto inmune. Para dar el paso siguiente se deben cumplir tres fases definidas por la agencia del gobierno norteamericano, F.D.A. (Food and Drug Administration), convertido en el estándar mundial. Sin embargo, ante la pandemia y como mecanismo de aceleración del proceso, la F.D.A. ha aprobado la combinación de fases, de esta forma varios laboratorios están haciendo de una vez las Fases I/II, o las Fases II/III.
A la fecha, 18 laboratorios se encuentran en Fase I, 12 en Fase II, 4 en Fase III y solo una a sido aprobada, en la China, para uso limitado. En las pruebas de Fase I, los científicos le aplican la vacuna a un pequeño número de personas para probar la seguridad y la dosis, así como confirmar si estimula el sistema inmune. En la Fase II, se aumenta el número de personas a quienes se les da la vacuna, y se dividen los grupos, por ejemplo, por edades, para averiguar si existen diferencias entre los efectos sobre niños y ancianos. Aquí se aumenta la prueba sobre la seguridad de la vacuna y su capacidad para estimular el sistema inmune. En la Fase III, los científicos dan la vacuna a miles de personas y esperan un tiempo para analizar los resultados vs el de voluntarios que recibieron un placebo. Es en esta prueba donde se determina finalmente si la vacuna protege contra el coronavirus.
Diversas tecnologías están en juego. Uno de los enfoques son las vacunas genéticas que utilizan uno o varios genes del propio coronavirus para provocar la respuesta inmune (eje: Moderna); otro, virales, que usan un virus para entregar generes de coronavirus dentro de la célula y provocar una respuesta inmune (eje: AstraZeneca & Universidad de Oxford); aquellas basadas en proteína, que utilizan una proteína o un fragmento de proteína para provocar la respuesta inmune (eje: Novarax); o virus-completo, que utilizan un versión debilitada o inactivada del coronavirus para provocar la respuesta inmune (eje: Sinovac); o repotenciadas, vacunas que actualmente se utilizan en otras enfermedades y podrían a su vez proteger contra el Covid-19 (eje: Murdoch Children´s Research Institute)
La competencia además de científica se volvió geopolítica, hasta con acusaciones de espionaje en los últimos días hacia Rusia y China. Los gobiernos aprovechan la coyuntura para demostrar su competitividad tecnológica y lograr aprobación pública al conseguirle a sus ciudadanos ser de los primeros en vacunarse, algo que lograrán países como Brasil y Argentina por participar en algunas pruebas.
Los resultados han sido muy prometedores y a una velocidad que ha desconcertado hasta los mismos científicos. Novedosas tecnologías han sido utilizadas, y valorado a empresas innovadoras, como Moderna cuyo valor en la bolsa se ha disparado. Los laboratorios compiten por volverse líderes en el mercado, pues hacía aquellos fluirán más fácilmente los recursos, tanto públicos como privados. Hay coincidencia en que varios laboratorios lograrán el objetivo, con lo cual vacunaran a más personas y agilizará su llegada a Colombia.