Tasajera es un remedo de población ubicado a la vera de la carretera que conduce de Barranquilla a Santa Marta. Allí “malviven” cientos de pobladores que tienen en la pesca su única fuente de ingreso.
La pesca de peces y de todo lo que puedan sustraer en “la curva maldita” de la carretera, cuando se voltea un gran camión de esos que llevan carga de productos perecederos e imperecederos de Barranquilla a Santa Marta.
Todos en el pueblo parecen vivir a la espera de que la forzada curva de la carretera haga perder el control del camión por parte del conductor, ya sea porque trató de esquivar algo, por una distracción, por un microsueño o por quién sabe qué maldición (ya parece el Triángulo de la Bermudas, donde barco o avión que ingrese a esa área sufre un accidente o simplemente se desaparece).
Y son tan frecuentes los volcamientos que ya los tasajereños los volvieron un modus vivendi, donde solo esperan el accidente para ir corriendo o en motos a ver qué pueden sustraer.
Uno de los más recientes accidentes de volcamiento sucedió hace pocas semanas, de inmediato la voz se corrió en el remedo de pueblo y de inmediato sus gentes salieron disparados a hacer lo suyo. Robar. Tal cual.
Alguien dijo que era un camión de gasolina y el centenar de gente que llegó llevaba pimpinas blancas o amarillas y baldes para sustraer la gasolina que les cupiera en sus recipientes para luego venderla.
En medio de su tradicional algarabía, bidones iban y baldes venían, mientras todos rodeaban el camión ante la mirada impávida de unos policías en moto que se intentaron acercar para detener el hurto, pero que fueron rechazados furiosamente los descontrolados ladrones.
En medio del barullo, alguien intentó robarse la batería del camión, lo cual produjo una chispa eléctrica que al mezclarse con gasolina, ¡booom! Estalló el camión en mil pedazos y mató a 46 tasajereños: 20 en el lugar y otros 26 en hospitales de otras ciudades a donde fueron urgentemente trasladados.
Y aquí viene el problema de responsabilidades. Está muy mal que los tasajereños solo esperen a que se vuelque un camión o camioneta, sin importarles los muertos o heridos que puedan resultar del accidente, para concentrarse en lo que pueden sacar para vender.
Pero también está muy mal que, habiéndose convertido en un mal de casi todos los días, las autoridades del Magdalena no hayan tomado cartas en el asunto, corrigiendo a través del ministerio de obras públicas con un puente que permita que los vehículos pasen bien y de largo y no tengan que enfrentarse con la temida curva, que por cerrada impide el buen control de camiones de carga de varias toneladas.
Ambas partes tiene responsabilidad.
Sin embargo, los tasajereños, pensando que la culpa es de otros y no de ellos por los 46 muertos, decidieron conseguirse un abogado en Santa Marta y levantaron una demanda contra la nación por miles de millones, lo que claro les arreglaría la situación, es decir, "ahora vamos a sacar plata del camión del Estado”. La demanda es absurda e improcedente y será desestimada porque ellos fueron en busca de la muerte, cometiendo un delito.
Y en todo caso si quieren demandar que lo hagan contra la Secretaría de Movilidad de Santa Marta, para que el departamento del Magdalena los indemnice con sus fondos propios y para que aprendan, pero no el Estado colombiano.
Eche no joda, ¡no sean tan vivos!
