Si las elecciones en Estados Unidos fueran este domingo, muy seguramente el nuevo presidente sería Joseph Biden. Pero como las elecciones no son hoy, sino el próximo 3 de noviembre, muchas cosas pueden pasar en los próximos cuatro meses. En opinión del autor de esta columna, quién sea el próximo presidente de EE. UU. va a depender de tres factores: la primera es la aparición o no aparición en los próximos meses de una vacuna efectiva contra el coronavirus; la segunda, la evolución de la economía que a su vez depende en muy buena parte del desenvolvimiento de la pandemia del covid-19, que a su turno depende de la aparición de una vacuna o una cura; y la tercera son los resultados, reales o percibidos, de los debates presidenciales entre Trump y Biden, si es que efectivamente estos debates se llevan a cabo.
En relación con la economía, el desenvolvimiento va a girar alrededor de la pandemia. Y la pandemia a su vez va a depender de qué tan rápido se desarrolle una vacuna o en su defecto, una cura efectiva. Según los expertos, las posibilidades que en los próximos dos meses aparezca una vacuna son bastante altas. Cuatro, de más de un centenar de laboratorios y centros de investigación desarrollando una vacuna, están ya en la tercera de las cinco etapas necesarias antes de poder comercializarla. Todo indica que el equipo de la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca son los que están más cerca de lograrlo. De ser este logro una realidad, muy posiblemente la economía mundial, y muy principalmente aquella de EE. UU. va a tener un importante desarrollo positivo. No hay que olvidar que buena parte del desenvolvimiento de una economía se basa es sobre expectativas: si estas son positivas, muy seguramente la realidad también lo será. Una economía en auge, aunque sea paulatino, casi con toda seguridad favorece es a Trump.
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Analistas han sugerido públicamente al candidato Biden que no asista a los debates si no logra que Trump acepte por lo menos dos condiciones
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Por otra parte, están los debates en los que existe la posibilidad de que no se lleven a cabo. Prestigiosos analistas como el periodista del New York Times Thomas Friedman, le han públicamente sugerido al candidato Biden que no asista a los debates si no logra que Trump acepte por lo menos dos condiciones que son: hacer públicas sus declaraciones de renta y que exista una comisión de verificación que casi de manera inmediata pueda emitir un concepto si lo que dice cualquiera de los candidatos se ajusta a la verdad. El autor de esta nota cree que si Biden acepta las sugerencias de Friedman, y le exige a Trump cumplir con estas dos condiciones, los debates no se van a llevar a cabo porque Trump no va a aceptar ninguna de las dos exigencias. Por otra parte, de llevarse a cabo los debates, muy seguramente Trump le va a poder propinar a Biden sendos mordiscos. Trump es más ágil, mejor informado, mucho más ‘matón’, y está más que dispuesto a acomodar los hechos a su particular visión de la realidad. Biden, por el contrario, muestra algunas señales de envejecimiento, y no parece tener las agallas que tiene Trump. Con vacuna a bordo, la economía en franca recuperación, y una victoria real o aparente en los debates, este columnista le apuesta a que Trump va a ser reelegido. Sin vacuna efectiva a corto plazo, con la economía deteriorándose o estancada, y sin debates, muy seguramente Joseph Biden será el próximo presidente de Estados Unidos.