Un hombre de rostro duro y con ropa desgarbada avanzaba apresurado a través de las callejuelas serperteantes y áridas de la urbe de Dakar, la sinfonía para sus odios en esos momentos de cólera, provenía del rugir y bramar de la multitud que se acercaba peligrosamente a sus espaldas. Para desgracia de este delincuente, fue captado infraganti cuando intentaba robar en una casa de una urbanización, los ciudadanos y vecinos lo persiguieron por varias cuadras hasta que terminó en medio de pies, puños, machetes, piedras y palos. De esta manera inicia el ritual de rabia, golpes y venganza diariamente en Dakar, la capital de los linchamientos a delincuentes a nivel mundial.
Estos hechos forman parte de la cultura popular de la capital senegalés, paradójicamente es criticada en la actualidad por los mismos ciudadanos que hacen justicia, ya que va en aumento la inseguridad y el actual mandatario Macky Sall desde el 2012 se comprometió a erradicar.
Es así que Sada Tangara, nacido en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, retrata en sus obras y series fotográficas la cotidianidad de la violencia y pobreza que se viven en las calles de Dakar. Este joven fotógrafo inició retratando estos fenómenos sociales con la exposición "The Big Sleep", que muestra imágenes de niños indigentes durmiendo en las calles de la ciudad. En la actualidad se dedica a registrar las escenas de "justicia popular", palizas que son propinadas a delincuentes, violadores, atracadores y criminales.
Sada Tangara aseguró a la cadena de televisión France 24 que "quería entender el ciclo de violencia y venganza que sufren desproporcionadamente los delincuentes". Tangara explica que existen dos tipos de personas que cometen está clase de delitos: los jóvenes o adultos de familias desfavorecidas y no tienen más remedio que hacer esto para subsistir y los que han sido abandonados durante su infancia y aprendieron a sobrevivir en medio de la marginalidad, como le tocó al mismo Tangara que permaneció cinco años en las calles.
A la fecha Tangara trabaja solo y asegura que es una labor de paciencia. Debe esperar en la esquina de un barrio y dormir al lado de un guardia, hasta que ocurra un robo. A veces transcurren días calmados, sin ninguna novedad. Cuando está en el climax de la situación, Tangara se acerca con cuidado para captar en su lente la reacción inmediata de la multitud e igualmente la reacción del delincuente.
Por lo general, los ladrones están asustados y no reaccionan, otros se defienden, pero son los más perjudicados y pueden morir a causa de los golpe, machetasos, rocas contra sus cabezas o las abrasiones que son muy comunes.
Según Tangara, está ley informal busca que los criminales se asusten y no vuelvan a cometer actos delictivos en los barrios.
(Adjunto las fotos de Sada Tangara que hay en google)