La vida de Álvaro Villegas como exitoso hombre de negocios y de la política, referencia conservadora de Antioquia, transcurría tranquila hasta el 12 de octubre de 2013. Ese día el edificio Space, levantado por su constructora Lérida CDO, se vino al piso. Allí comenzó su tragedia y la de las familias de las doce personas que murieron y las 151 que perdieron su vivienda y quedaron en la calle.
A mediados de los años 80, el barrio El Poblado se comenzó a posicionar como el destino residencial preferido de Medellín, un proceso que Alvaro Villegas acompañó con normas de planificación urbana como alcalde de la ciudad nombrado por el presidente Belisario Betancur. Desde entonces, expertos advirtieron los riesgos de construir en esta área de colinas atravesadas por arroyos. Sin embargo el boom de la construcción en Medellín se disparó; sin pausa, en la zona de El Poblado en la que en treinta años cayeron las antiguas casas fincas para abrirle el paso a altísimos rascacielos de grandes constructoras entre las que se encontraba Lérida CDO, la fundada por Álvaro Villegas.
Villegas ha sido ante todo un político conservador vinculado al Partido, cuya sede era vecina de su casa. Muy cercano al presidente Misael Pastrana, a Belisario Betancur y al expresidente Alfonso López quienes le dieron la oportunidad en distintas ocasiones de ser alcalde de Medellín y dos veces gobernador de Antioquia hasta que llegó al Senado por las listas conservadoras de Antioquia. En 1982 mientras Villegas era gobernador al comienzo del gobierno de Betancur, designó a Álvaro Uribe Vélez como alcalde de Medellín, aunque fugazmente, y desde entonces entablaron una amistad que se ha mantenido a lo largo de la vida, al punto que Villegas encabezó el movimiento 'Primero Colombia' en Antioquia y el expresidente le prologó su libro "Secretos de un líder".
Su experiencia en el mundo de la construcción le valió para que Uribe lo condecorara con la Cruz de Boyacá cuando este se desempeñó como presidente de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros. Sus dos hijos, Pablo y Manuel Villegas Mesa, forman parte de la junta directiva de la constructora familiar CDO y han estado rodeados de las mismas amistades políticas de su padre. Manuel ejerció como gobernador encargado de Antioquia en enero de 2007 y fue secretario de Hacienda en la gobernación de Luis Alfredo Ramos, mientras que Pablo estuvo al frente de la Cámara Colombiana de la Construcción Camacol, seccional Antioquia y luego del gremio a nivel nacional.
Lérida CDO volaba sin dificultad y tenía en su haber 97 proyectos y 31.557 viviendas construidas cuando aparecieron las dificultades de las torres Space y los reclamos de otras obras por deficiencias estructurales, que resultan evidentes, como es el caso de del Conjunto Residencial Polo Occidental en Bogotá. Uno de los proyectos de la constructora que hace parte de las escogidas dentro del plan gubernamental de las 100 mil viviendas gratis que lideró el hoy vicepresidente Germán Vargas Lleras.
El primer campanazo de la crisis que trascendió la catástrofe de las torres Space lo dio la órden de embargo de activos de la constructora proveniente de la Superintendencia de Sociedades el pasado 27 de junio, cuyo patrimonio se estima en cerca de 98 mil millones de pesos. Decisión que puede afectar drásticamente el desarrollo de los distintos proyectos que tienen en marcha en Medellín y en Bogotá. Por el momento se sabe que CDO no cuenta con las pólizas de riesgo necesarias y Álvaro Villegas, como propietario y representante legal de la constructora Lérida CDO, tendrá que enfrentar un proceso penal por su presunta responsabilidad en la tragedia.
Villegas Moreno estaba en la cima de su carrera profesional y ocupaba un cargo además de influyente, honorífico como presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros cuando se vio forzado a renunciar a todo para ocuparse de encontrarle salidas empresariales y sociales a las familias que habían invertido sus ahorros en los apartamentos de los seis edificios Space cuyas últimas cuatro torres tendrán que ser demolidas antes del próximo 10 de julio, derrumbe con el que se terminará de desmoronar como un castillo de naipes el emporio que levantó durante 50 años de trabajo y de buenas relaciones con el poder.