Denle un vistazo a redes sociales. No hay un solo spoiler de Dark. No lo hay porque no hay nada que espoilear. El argumento es tan enredado, tan sonso, que cabe en una línea: Jonah, el protagonista, debe viajar al pasado para corregirlo todo y que no sobrevenga el apocalipsis. De eso se trata una serie que se traicionó. Porque, incautos, no se dejen llevar por la maestría de la primera temporada. Cuando Ulrich viaja desesperado al pasado para buscar a su hijo y todo el triangulo amoroso con sus dos mujeres de toda la vida, uno siente que la serie tiene emociones, vida. Cuando todo el peso recae sobre personajes tan débiles como Jonah y Martha uno sabe que la serie está apuntando a millenials con ganas de hablar basura sobre filósofos y teorías cuánticas que no entienden y no han leído. En ese sentido los que crecimos en los ochenta estamos a salvo: tiene más física cuántica y es mucho más divertida y profunda la trilogía de Volver al futuro.
Pero no vayamos más atrás, una película tan disfrutable como Interstellar de Christopher Nolan es mucho más profunda y precisa que este culebrón alemán hecho para atrapar a púberes incautos. Claro que me la vi entera. La primera temporada la disfruté muchísimo pero después, en la segunda, sólo empecé a ver gente que entraba por las puertas y que eran ellos mismos. Una especie como de Chavo del ocho enloquecido, lisérgico, en donde la Popys era la misma Dona Florinda, al igual que Doña Nieves era la Chilindrina.
Y a esa sorpresa apelaron y les resultó, porque Dark es un éxito absoluto. Además no está desprovisto de cualidades. En algún momento se le notan los guiños a los grandes maestros del expresionismo alemán, a Kubrick -lo de las gemelas es magnífico, ¿lo vieron?- y lograr crear una atmósfera. Además el villano de esta tercera temporada, compuesto en una triada de niño, adulto y anciano, es espeluznante. Su útimo capítulo, redondo, casi perfecto, refuerza nuestra teoría de que a Dark le faltó un editor más riguroso, al que no le diera miedo empezar a quitar todas esas larguísimas disquisiciones o personajes absurdos como Adán.
Creo que Adán es el punto más flaco de la serie. Si ustedes se ponen a verlo cada vez que aparece está diciendo algo grandilocuente y desde que apareció está repitiendo lo mismo: “ya estoy a punto de revelar el secreto” “Miren no más lo que guardo escondido en mi alma” y es humo. Sólo humo.
Nadie va a discutir el éxito comercial de Dark, confundir sirvió para que los jóvenes pensaran que estaban viendo una obra densa e inteligente, con los conceptos físicos y filosóficos que necesitaban para reafirmar su inteligencia. Igual será olvidada con facilidad. Netflix sacará otra en cualquier momento. Por favor, no pasen por la pena de decir que esta serie es mejor que Game of thrones. No pasen por estúpidos.