El pasado 2 de abril el médico Heandel Rentería, que trabajaba en el Hospital San Francisco de Asís en Quibdó, advirtió sobre las precarias condiciones en las que el personal de salud estaba atendiendo la emergencia del COVID-19. A través de un trino pidió ayuda al Estado, pero su llamado no fue escuchado. El pasado 24 de junio Heandel Rentería falleció por covid.
Solo hasta el 11 de junio la Supersalud intervino el hospital, en el que deben varios meses de salarios y en donde se vienen realizando varios llamados para tener condiciones y elementos de bioseguridad. En abril, cuando Rentería advirtió sobre la situación del Hospital, el gobernador Ariel Palacios, hoy suspendido e investigado por la Procuraduría, firmó un contrato por más de $1.600 millones para dotar a la entidad con elementos de seguridad y equipos; sin embargo, la periodista Maritza Aristizábal reveló en una columna de opinión que ese contrato firmado por el gobernador traía sobrecostos por más del 50% de su valor y con el que se robaron hasta la gasolina de las ambulancias.
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